El vocero del gobierno de Francia, Christophe Castaner, anunció este lunes que el Poder Ejecutivo de ese país, una de las grandes potencias agrícolas europeas, prohibirá antes de que acabe su mandato -en 2022- todos los usos del glifosato, incluso en el agro.
“El primer ministro Edouard Philippe decidió que este producto sea prohibido en Francia, al igual que todos los que se le parezcan y que amenazan la salud de los franceses, para cuando termine el quinquenio”, declaró Castaner. Añadió que el gobierno francés pidió a los ministerios de Agricultura y de Transición Ecológica un plan para dejar de utilizar este herbicida.
Hasta el momento, en Francia está prohibida la utilización del glifosato de espacios abiertos al público desde el 1 de enero de 2017. Además se dispuso que los particulares deberían dejar de usarlo a partir del 1 de enero de 2019.
La posición de los galos reaviva la fuerte polémica que desató en este bloque la propuesta de la Comisión Europea (CE) de renovar por diez años la licencia de ese agroquímico, que es por lejos el más utilizado en la Argentina y en todo el mundo.
La semana pasada, la CE defendió su posición y argumentó que no existen motivos para prohibir el glifosato.
“La Comisión cree que, dado el exhaustivo estudio de toda la información disponible por las dos agencias (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA y la Agencia Europea de Productos Químicos ECHA), no hay motivos para cuestionar los análisis y las conclusiones sobre glifosato llevadas a cabo en la UE”, expresó la vocera de Seguridad Alimentaria del Ejecutivo comuntiario, Anca Paduraru.
El pronunciamiento científico de la ECHA sobre el glifosato se produjo en marzo pasado.
En noviembre de 2015 ya se había producido otro documento importante en este debate con un dictamen de la EFSA que aseguraba que no había razones para pensar que el glifosato sea “cancerígeno”.
Interesante documento para saber qué se discute en la Unión Europea
Pero, como siempre en este debate cargado de desconfianza, hubo un retruque de las organizaciones ambientalistas. La popular Greenpeace, por ejemplo, señaló que uno de los pronunciamiento de la UE responde a los intereses de los vendedores del herbicida. “El informe sobre el potencial impacto del glifosato en la salud humana de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) fue replicado, casi palabra por palabra, de un expediente presentado por Monsanto para pedir la renovación de su licencia en la Unión Europea”, denunció un comunicado de Greenpeace.
“La EFSA ya ha contestado a estas acusaciones y lo que puedo decir es que la EFSA ya ha dicho que se trata de otro intento de crear dudas sobre la revisión del glifosato”, contestó la Comisión Europea.
Ahora Francia, uno de los principales soportes de la Unión Europea, anunció un plan que desconoce estas recomendaciones y se basa en “la incertidumbre que subsiste sobre ese producto”, según dice un comunicado oficial.
Lo cierto es que la licencia del glifosato expira este mismo año y su renovación debe ser decidida por los 28 miembros del bloque. Ya sucedió en 2016 que no se pusieron de acuerdo, por lo que la CE propuso excepcionalmente prorrogar la autorización por 18 meses, hasta finales de este año.
¿Y qué dicen los productores? Por lo pronto, en Francia ya hubo una protesta de 250 agricultores contra las prohibiciones al glifosato: bloquearon con fardos de paja el tránsito por Champs Elysee. En España, en tanto, hubo pronunciamientos de la UPA y de ASAJA, dos entidades agropecuarias, también en contra de la avanzada ambientalista.