Belisario Saravia Olmos es uno de los más importantes periodistas agropecuarios del norte del país. Vive en Salta Capital, pero a solo una cuadra de su casa ya se puede escapar hacia los cerros que tanto le gustan. Piensa, ni bien se decrete el final de la cuarentena, agarrar la bicicleta e irse a pedalear por allí. Respirar fuerte y hondo ese aire norteño.
El aire, a través de la AM 840 Radio Salta, se llena de la información agropecuaria local gracias a la tarea de Belisario, que además escribe sobre campo en el tradicional diario El Tribuno y tiene su propio portal de noticias, llamado Agronoa. En todos estos medios, Belisario ha ido contando cómo le pega esta crisis sanitaria nunca vista a los sectores productivos salteños, que son muchos y muy variados.
“Este primer tramo de la cuarentena han sido semanas de reencontrarse con esta situación. Para muchos ha sido un aprendizaje muy duro”, contó el colega a Bichos de Campo, dando a entender que varias de las producciones típicas de Salta tuvieron que apurarse a diseñar protocolos o nuevos modos de hacer las cosas ante la irrupción del coronavirus en la región.
En el caso del tabaco, por ejemplo, cuando largó la cuarentena la cosecha ya se había completado en un 70% y ahora debe estar llegando al final, pero los problemas de logística se trasladaron hacia los acopios. Cuenta Belisario que en esta provincia “el acopio de tabaco comenzó a partir del 6 de abril con un protocolo específico y dentro de un criterio muy estricto” para evitar aglomeraciones de gente.
Mirá la charla completa con Belisario Saravia Olmos:
“El gobierno de Salta, con el gobernador (Gustavo Sáenz) a la cabeza, ha sido muy estricto y ha trabajdo muy bien en el tema salud. Aquí tuvimos solo tres casos. Hay una situación dentro de todo muy favorable para la provincia, y por eso el gobierno ha puesto mucho énfasis” en el control de los movimientos, comentó el periodista salteño.
Como el tabaco, que todavía se cosecha de modo manual (porque hay que seleccionar los brotes adecuados de cada planta), Salta tiene actividades muy demandantes de mano de obra. Uno de los sectores más complicados fue el de la producción de cítricos. Belisario nos contó el caso del establecimiento La Moraleja, en el departamento de Anta, al cual “esta situación lo agarró con 1.000 cosecheros trabajando”. Al principio fue un caos organizar a tanta gente.
En otro extremos de la Provincia, según este relato, la vitivinicultura de Cafayate ingresó en la cuarentena en plena vendimia, también una actividad que se desarrolla con mucha gente en el campo”. Y lo mismo sucede en Orán y Tartagal, que son famosas por sus frutas y verduras, que son proveedoras de esos alimentos frescos para muchas ciudades e incluso envían mucha mercadería para el Mercado Central.
Belisario informó que “al principio de la cuarentena hubo diálogos muy fuertes y tirantes entre el área del gobierno de la Producción y muchos productores” afectados por las restricciones al movimiento. Pero que la cosa se ha ido normalizando con el correr de los días. “Se ha trabajado bien con los protocolos, pero así y todo hay un aprendizaje que no ha sido fácil de hacer. Recién ahora está caminando”, describió Saravia Olmos.
Una dificultad fue, a juicio del periodista especializado, que desde la Nación llegaron señales muy confusas. “La provincia tuvo que recrear este tipo de protocolos. A nivel nacional no hubo ni hay lineas claras sobre cómo debe hacerse. Y acá en Salta hubo muchos problemas con los intendentes: a muchos les crecieron alas mas grandes de las que debían tener y se han transformado en cuentapropistas”, indicó Belisario.
En el este salteño también hay una enorme extensión de tierras donde se cultivan granos, como el maíz y la soja, pero también legumbres (varios tipos de porotos), sobre más de 1 millón de hectáreas. Allí el periodista no ve un escenario operativo tan complicado porque la mayor parte de las actividades a campo están mecanizadas.
Pero Belisario ya está mirando el mediano plazo, porque “en agosto no se sabe qué irá a pasar con el arándano”, pues en la provincia hay grandes emprendimientos en los que “llegan a trabajar hasta 2.500 personas durante la cosecha”.