Por Nicolás Razzetti.-
El sector avícola empieza a salir de la crisis de sobreoferta que vivió en los últimos meses. Esa crisis se había iniciado con los cambios en las reglas de juego que estableció el nuevo gobierno -y que implicó el fin de las retenciones al maíz y a la soja-, con la debilidad que en un principio demostró el consumo interno y con la caída de los precios internacionales. El cóctel configuró un escenario muy negativo para las productoras de pollos.
En los últimos dos meses la situación comenzó a revertirse. Lo primero que se modificó fue la relación granos-carne: desde hace varias semanas que esa relación favorece la transformación en proteína animal.
En los últimos 60 días se dieron otros dos cambios: en primer lugar las procesadoras redujeron los niveles de crianza, lo que aumentó los precios de los pollos. Por otra parte, la suba del tipo de cambio (con reintegros incluidos) y la tonificación del mercado mundial incrementaron las exportaciones.
La faena aviar creció entre enero y agosto un 5% interanual, pero en el último mes hubo un claro freno: la mejora respecto de agosto de 2016 fue de sólo 1,8%. Roberto Domenech, presidente de Cepa (centro de Empresas Procesadoras Avícolas), dijo que “entre agosto y lo que va de septiembre estamos con oferta fluida pero a su vez más controlada, vamos a tener algo menos de oferta porque se han bajado los niveles de crianza desde hace 50/60 días. En algunas empresas la caída fue del 7% pero en otros llegó al 12%”.
La menor oferta incrementó los precios a salida de fábrica por encima incluso de lo que lo hicieron en la góndola. Esa diferencia la absorbió, por ahora, la cadena comercial. Si hace dos meses el precio a salida de planta era de $17 más IVA ahora es de $25. En tanto, el valor de venta al público pasó de $35 a $37 y con picos de $40 por kilo.
Domenech reconoció que también están mejorando las exportaciones. “Aumentaron los precios internacionales y eso nos permite cerrar algunas operaciones más pero todavía no estamos 1 a 1 entre costos y precio”.
El histórico dirigente avícola dijo además que la mejora cambiaria y el pago de los reintegros, que empieza a ser más fluido, favorecen las ventas al extranjero. El cambio en las cotizaciones internacionales no tiene que ver con un incremento de la demanda sino con una menor oferta: Brasil redujo sus embarques porque al igual que nuestro país estaban operando por debajo de su costo. Por otro lado, las exportaciones de Estados Unidos siguen condicionadas por los problemas sanitarios que afectaron a su producción.
En el sector creen que este año la producción será de 2,04/2,05 millón de toneladas y las exportaciones a 220/230 mil toneladas lo que permitirá que el consumo ponderado en los últimos meses sea de 42/43 kilos contra los 45/46 que se registraron en algunos meses del primer semestre.