Alejandro Wells es un argentino que luego de toda una vida de trabajo en empresas multinacionales decidió descansar convirtiéndose en un productor agropecuario y para eso compró un campito de 300 hectáreas del otro lado del charco. ¿Por qué en Uruguay y no en Argentina? “Acá no había ningún tipo de retenciones, o problemas con el tipo de cambio”, responde con contundencia.
Wells, que venía de trabajar en el área de commodities en Suiza, dio un cambio de timón radical en su vida hacia 2008, en medio de la crisis mundial financiera que desató el gigante financiero Lehman Brothers. “Es ahí cuando entendí que el dinero en un banco podía desaparecer de un día para el otro, y que era mejor tener algo que uno pudiera tocar siempre que se respete la propiedad privada. Así es que compré este campo, sin pensar en el potencial ganadero que tendría”, comentó Wells.
“La Cristina”, al que bautizó así en honor a su esposa, , están ubicado en el departamento Colonia, y actualmente cuenta con 300 animales que se engordan en base al sistema de Pastoreo Racional Voisin (PRV), una técnica creada hace varias décadas por el francés André Voisin, que busca un método productivo respetuoso del ambiente, que no depende de insumos o agroquímicos.
“En Europa hay mucha conciencia del daño que causan los agroquímicos sobre el sistema productivo actual. No es sólo una visión personal, sino una visión neutra de que, lo que estamos haciendo a nivel de agricultura industrial, no funciona”, remarcó Wells, quien también admitió que cuando llegó con su visión, recibió críticas que sostenían que no había forma de producir sin un paquete tecnológico. Así, por lo menos duplica los índices productivos de su zona.
“Yo no soy un Mesías que caí con una idea. Hay ejemplos exitosos en Estados Unidos y hay libros sobre este método Voisin que datan de los años ´60. Lo que ocurre es que a los ingenieros agrónomos no se nos enseña esta técnica”, declaró el ganadero, que antes de abrazar la producción agroecológica había ensayado un esquema de producción tradicional.
“Luego de tres o cuatro años de producir muy poca carne, decidí contratar cinco ingenieros agrónomos que me aseguraron que, para incrementar la producción, debía invertir en un mosquito (una máquina aplicadora) y echar glifosato”, comentó.
Mirá el reportaje completo realizado a Alejandro Wells:
¿Y cómo fue que sucedió el click? Fue gracias a un encuentro.
“Un día me cae Guillermo Rossi, que en ese momento estaba por recibirse de ingeniero agrónomo, quien me dijo que quería apostar al pastoreo racional, porque había leído bastante del tema por fuera de la facultad. Por fin había alguien que estaba dispuesto a jugarse por un sistema productivo de este tipo”, celebró Wells, quien recordó que en aquel momento no había una red de campos que trabajaran de este modo en Uruguay, Hoy Wells asegura que gracias a aplicar este método de producción, logró duplicar su productividad.
El establecimiento de Wells cuenta con 220 hectáreas de superficie de pastoreo, dentro de las cuales existe un esquema racional de 125 potreros, de entre 1 y 2 hectáreas promedio, todos interconectados por un sistema de vías que facilita el manejo del ganado.
El empresario, que dejó todo el diseño en manos de Rossi, asegura que el método de PRV es más redituable que los demás métodos de producción a pasto. “Este sistema es muy rentable para el chacarero, porque puede producir más sin insumos, sus costos son más bajos. Pero al mismo tiempo, no es un negocio para muchas industrias, porque no se necesitan semillas, agroquímicos, tractores ni diésel. Sólo se requiere de electricidad para los cercos”, reveló Wells, que además obtiene parte de la energía que necesita de fuentes renovables.
Para Wells, la pregunta clave que cualquier productor debe hacerse ante la demanda de producir más es a qué costo hacerlo. “Cuando traemos esa pregunta a la mesa, ahí empezamos a ver que muchos sistemas productivos no cierran, o bien que cierran menos que este. En este caso, se obtiene una rentabilidad neta con costos prácticamente cero, salvo la inversión inicial, que tampoco es tan grande, de poner bebederos y cercos eléctricos”, reflexionó.
“La Cristina” logró en mayo de 2017, la certificación como Empresa Ganadera B, tras un riguroso proceso donde demostró su rentabilidad y compromiso tanto medioambiental como social, lo que coloca a la empresa como ejemplo mundial en la producción ganadera natural sustentable.