Al igual que no se puede tapar el sol con los dedos, tampoco se lo puede hacer con el trabajo infantil en el agro. La oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina, que lleva más de una década de trabajo, realiza alianzas y articulación público- privada para combatirlo y presentó en este punto el proyecto Offside: ¡marcando la cancha! de la OIT, el cual “propone generar conocimiento y políticas públicas para erradicar el trabajo infantil en las áreas rurales de Argentina”.
Focalizado en tres sectores productivos: ajo, tomate y algodón, y en tres provincias, Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe, el proyecto se enmarca en el Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente (2018-2022).
“De este trabajo participan unas veinte instituciones y actores sociales, incluyendo a representantes del gobierno y los sectores sindical y empresarial, porque la respuesta al trabajo infantil debe ser integral”,dijo a Bichos de Campo María Eugenia Figueroa, quien tiene a su cargo la coordinación del proyecto Offside de la OIT.
Según Figueroa, “el proyecto tiene como base cuatro estrategias generales: generación de conocimiento e información; incidencia política y concientización; desarrollo de capacidades y diseño de modelos de intervención. En función de estas estrategias hicimos el recorrido en 2019, el cual implicó la realización de encuestas de percepción sobre el trabajo infantil en esas tres provincias”.
A partir de los datos relevados, Figueroa explicó que “se realizó una cartilla del sector infantil en el sector agropecuario, lo que estuvo alineado a la campaña de sensibilización 100 años, 100 voces, el trabajo infantil en primera persona, el cual permitió conocer relatos director de personas que debieron trabajar durante su niñez”.
La coordinadora del proyecto Offside también comentó que como parte del trabajo de erradicación del trabajo infantil en el agro, “se realizaron las primeras fases de la Encuesta Nacional de trabajo infantil y adolescente (ENTIA) en el sector, y a partir de este año sacaremos la segunda fase, lo cual nos dará un estudio certero para dimensionar cuánto trabajo infantil hay en el campo”.
Otra de las acciones en cuanto a generación de conocimiento e información que realizan desde la oficina de la OIT en Argentina aplicado a trabajo infantil en el agro, son estudios del impacto en otras cadenas productivas como la vitivinícola, y la influencia de las nuevas tecnologías para detectarlo y eliminarlo.
En términos de incidencia política y concientización, Figueroa relató que firmaron un acuerdo marco con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), para desarrollar varios materiales de capacitación y seminarios sobre trabajo decente, y cuáles son los desafíos que existen en materia de economía rural.
Otra alianza que está por ejecutarse este año es con la red de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), “porque queremos incorporar esta problemática en su agenda”, manifestó Figueroa. Y agregó: “Incluso hicimos un curso de BPA que se dicta en conjunto con el ministerio de Agricultura, el Inta y el Senasa, y organizamos un ciclo de charlas Inta- Oit sobre trabajo decente y economía verde”.