Salvador Vides es un productor hortícola de nacionalidad boliviana que se asentó en el cinturón verde de La Plata en 1994. Hace un tiempo decidió apostar al Kale, una hortaliza proveniente de la familia de las coles y considerada por muchos nutricionistas como un “super alimento”, por ser muy rica en nutrientes, tener un alto contenido de agua y ser baja en sodio. Dicen los manuales de la nutrición que esta verdura no contiene grasas y que aporta niveles significativos de muchas vitaminas.
“No todo el mundo conoce el Kale. No es tan popular. En este momento estoy por abrir un puesto de venta directa del productor al consumidor en La Plata y varias veces traje Kale. Muy pocos lo conocen pero varios tienen curiosidad. Inclusive muchas veces regalé paquetes de kale y recomiendo que googleen para obtener información”, dijo Vides a Bichos de Campo.
Vides remarcó que “nos interesa cultivarlo para diversificar nuestra producción”. También dijo que este alimento “se lo puede comer crudo, cocido e incluso como snack, pues es un alimento muy saludable”.
La producción del cinturón hortícola platense es de lo más variada, según Vides, ya que también se cultivan allí el brócoli, repollo, coliflor, tomates, pimientos, lechuga de todos los tipos, perejil, rúcula. Es decir, existe una amplia serie de productos que responden a la necesidad de rotación para el cuidado del suelo.
Acerca del Kale, Vide resaaltó que “lo produzco teniendo en cuenta las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Y a excepción de alguna peste que por ahí me ataca demasiado la producción, por lo general lo hago bajo modo agroecológico”.
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Sobre el Kale, Vides destacó que “se trata de una planta perenne. Se la va deshojando a medida que va creciendo. Entonces no es que se la corta ni bien está en condiciones de ser consumida, sino que se van sacando las hojas a medida que crece. Es como una cosecha de ciclo largo, y eso nos permite evitar gastos como el preparado del suelo”.
En referencia a los costos, Vides manifestó que “la semilla es importada. Unas 1.000 semillas cuestan alrededor de 9.000 pesos, y ahora con estos últimos vaivenes del dólar, se complica saber su costo”.
Al momento de comercializar esta verdura, el productor marcó que “se vende por paquetes. Son paquetes de 400 o 500 gramos aproximadamente y no se venden a mas de 15 o 20 pesos en la quinta. En el mercado seguramente tiene otro precio, y en verdulerías seguramente tengan un costo más alto”.
Como productor oriundo de Bolivia, Vides opinó acerca de la grave crisis político-insitucional que vive ese país. “Lo vivo con mucha angustia, pena, indignación y todos los adjetivos que se le pudieran agregar. Han llegado a un extremo tal que me da verguenza”, dijo. Pero ese es tema para otro capítulo.