La Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA) y el Ministerio de Economía de la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal, rechazaron un pedido de la Mesa Agropecuaria provincial para extender el plazo para que los productores pudieran efectuar un descargo frente a las notificaciones de pago del Impuesto Inmobiliairo Rural. Frente a esta negativa, el romance entre los dirigentes rurales y la niña mimada del macrismo comenzó decididamente a resquebrajarse.
La mejor prueba del disgusto ha sido un comunicado emitido este viernes por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). La entidad de mayor peso territorial en la provincia se quejó sin amagues por “la creciente presión impositiva que afecta al sector productivo bonaerense y que dificulta el desarrollo regional”. Una frase poco agradable pare el Gobierno en tiempos de campaña electoral.
Los ruralistas dirigidos por Matías De Velazco explicaron que esta semana la mesa agropecuaria -que se había reunido hace pocas semanas con Vidal- giró al ministro de Economía Sebastián Lacunza y al director de ARBA, Gastón Fossatti, la solicitud parar extender el plazo para que los productores realicen los descargos a las notificaciones del revalúo individual que se esta efectuando en la provincia, “debido a la dificultad que conlleva para muchos productores presentar en tiempo y forma dichos descargos”. Pero la prórroga fue desechada y los plazos vencían el día de la fecha. No habrá más opción.
Según Carbap, “la ausencia de estos descargos puede impedir que se valúen correctamente las parcelas rurales afectando a futuro las producciones y los establecimientos”.
En ese sentido, se explicó que las estimaciones privadas (en referencia a los cálculos de Fada) “marcan que mas de un 65% del excedente que genera un establecimiento agrícola es apropiado por el fisco vía sus distintos impuestos. Dicha situación sumado al clima adverso que ha soportado la provincia, con casi 6 millones de hectáreas bajo agua, configuran un complejo escenario para la producción bonaerense””, se advirtió. La conclusión es cantada: “De mantenerse dicha situación se produciría un franco deterioro de la actividad productiva que terminaría afectando la rentabilidad sectorial”, avisó Carbap.
Como una pareja que sufre uno de sus primeros desencantos, los ruralistas bonaerenses lanzaron “un nuevo llamado a la reflexión” de los funcionarios de Vidal.