Las prohibiciones judiciales que se han impuesto a las aplicaciones de agroquímicos sobre producciones extensivas en Entre Ríos o Pergamino, en la Provincia de Buenos Aires, ya están complicando seriamente el trabajo normal de los productores. “Con estas medidas no sabemos cómo hacer para poder seguir trabajando”, se lamentó Jorge Bocca, ingeniero agrónomo y productor de la zona de Pergamino. El profesional, de todos modos, advirtió que tan burda es la prohibición que tampoco se podrían controlar algunas plagas urbanas dentro del éjido urbano.
Bocca es uno de los productores afectados por la última medida cautelar dictada el 30 de septiembre pasado por el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo, de San Nicolás, que a raíz de las denuncias de una vecina presuntamente afectada por las apliaciones vetó el uso de agroquímicos con equipos terrestres en un radio de 1.095 metros alrededor del éjido urbano. Para las aplicaciones aéreas la prohibición trepa a 3 kilómetros.
“Estamos bastante preocupados por estas medidas cautelares, porque sentimos que se nos acusa de inconscientes como si estuviésemos produciendo a cualquier costo, e ignorantes sobre cómo cuidar a la salud pública y a las poblaciones que nos rodean, como si en esas poblaciones no tuviesen nuestro propio nombre y apellido o el de nuestra familia y seres queridos”, agregó el productor de Pergamino en diálogo con Bichos de Campo.
Bocca comentó que “todos vivimos en esta ciudad, y es importante para nosotros desarrollar nuestro trabajo en un ambiente que sea sustentable y que sea limpio. La preocupación viene por la continuidad del derecho a trabajar y ejercer una profesión lícita respetando todas las normas que se apliquen”, sostuvo.
El agrónomo y productor añadió: “Buscamos que la gente tome consciencia de que cualquier producto mal aplicado puede ser un veneno, pero también creo que cualquier medicamento puede convertirse en algo dañino para la salud si nos excedemos en el uso. No hay que tener un terrorismo instalado entre ciudad y campo”.
Escuchá la entrevista completa realizada a Jorge Bocca:
El productor recordó que “Pergamino tenía una ordenanza que tendía al ordenamiento de aplicaciones de productos que están autorizados en todo el mundo, y además esas autorizaciones están refrendadas y hay posibilidad de uso y registro por parte de las autoridades sanitarias; son las herramientas que usamos para producir. Pero por un principio precautorio, el juez emitió cautelares”.
Bocca advirtió que estas restricciones abarcan a la totalidad de la ciudad de Pergamino, atentando contra los planes de salud oficiales dentro de la propia ciudad. “La cautelar también comprende el no uso de plaguicidas y cualquier otro paquete de agroquímicos, mediante fumigaciones terrestres, mosquitos y aspersores, lo que dejará a la ciudad expuesta a no poder controlar plagas urbanas como cucarachas, alacranes y vinchucas”, alertó.
El agrónomo se refirió a que la prohibición “también aplica a los productos domisanitarios (que son sustancias o preparaciones destinadas a la limpieza, desinfección o desinfestación, para uso en el hogar, y/o ambientes colectivos públicos y/o privados) y además nos saca de los planes de salud nacional para el combate de mosquitos y para evitar el Dengue, el Zika y la fiebre Chikungunya”.
Bocca contó además que el municipio de Pergamino no cuenta con el personal necesario para hacer las fiscalizaciones exigidas sobre las aplicaciones. “Por una ley provincial, todas las aplicaciones debían hacerse con receta agronómica suscrita por un ingeniero agrónomo, y en esas zonas de amortiguamiente debía haber supervisión de parte de personal municipal. pero por estar imputados en la causa (que maneja Villafuerte Ruzo), éstos quedaron suspendidos en sus actividades y por lo tanto no había nadie que autorizara esas recetas en otros poblados del partido”.
“Si bien no es oficial, sé de buena fuente que el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (Aianba) se reunieron la semana pasada con la gente de la intendencia, y les comunicaron que había dos ingenieros agrónomos ya contratados, y otros dos en vías de contratación, para llenar ese vacío legal que se había establecido, para que puedan autorizar las recetas y así los productores no afectados puedan emitir sus recetas agronómicas”, comentó el agrónomo.