Antonio Aracre, el movedizo CEO regional de Syngenta, no estaba solo. Menos de 48 horas después de que ese importante ejecutivo de una multinacional apareciera en un acto del candidato del peronismo a la presidencia, Alberto Fernández, un nutrido grupo de dirigentes, que representan por lo menos a la mitad del sector agroindustrial argentino, se reunió en la Bolsa de Cereales para mostrar que existe una voluntad colectiva de negociar con el probable futuro presidente de la Nación un plan para desterrar el hambre. Y muchas otras cosas. Estaban casi todos, incluso algunos representantes de los productores.
La foto que ilustra esta página es la que se sacó después de esa reunión. Vamos a evitar los nombres propios, entendiendo que esta estrategia responde más a intereses y posicionamiento políticos de los sectores que a convicciones personales. Aracre se inmoló frente a los ojos de muchos productores diciendo lo que a él le parecía correcto: que hay que donar 1% de los ingresos de las empresas del agro para lanzar de una buena vez un plan serio que permita que en la Argentina no haya más hambrientos. Bienvenido. Finalmente el CEO de Syngenta abrió una senda por la que muchos parecen estar decidios a transitar. Y de modo menos individual y más corporativo.
Claro que en este posicionamiento envían una señal lapidaria hacia el candidato que quizás mejor los represente. Con este propuesta de acercamiento a Fernández, esta mitad del agro está admitiendo a viva voz que creen que Mauricio Macri ya no tendría chances de revertir el resultado de las PASO. Es todo lo contrario de lo que piensan todavía muchos productores.
Vamos entonces a enumerar a las instituciones que este martes, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, posaron para la foto de quienes desde el agro pretenden establecer un diálogo proactivo con el peronismo al cual tanto criticaron, pero que está muy cerca de asumir el mando. De derecha a izquierda, aparece primero la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), que representa nada menos que a las empresas que explican 30% de las exportaciones argentinas. Y del flujo de divisas.
Luego siguen la Federación de Acopiadores, la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y la Federación de la Industria Molinera (FAIM). En la foto también aparecen varios representantes de la Bolsa de Cereales porteña y del Centro de Corredores de Cereales, que en las últimas semanas presentó junto a todas las demás bolsas agrícolas del país un plan de promoción agroindustrial, para ser elevado justamente a los diferentes candidatos a presidente.
Párrafo aparte merece la presencia en esta foto y en esta reunión de dos técnicos que pertenecen y representan a dos entidades de la Mesa de Enlace: la Federación Agraria Argentina y Coninagro.
Vale entonces hacer un recordatorio de las ausencias, la otra mitad de la dirigencia agroindustrial. Faltaron la Sociedad Rural Argentina y CRA. Faltaron además las dos entidades técnicas, AACREA y AAPRESID. Y faltaron las cuatro entidades de cadena. Además de UATRE y tantos otras organizaciones.
Pero la movida no puede maquillarse. Está ahí, a la vista. Sobre todo para que la vea Alberto. Y para reivindicar a Aracre, que fue punta de lanza de este masivo posicionamiento impuesto por una nueva realidad política. Basta de romanticismo. Hay que negociar con el poder que viene.
Quienes participaron de este cónclave hicieron conocer sus intenciones a través del diario La Nación, que tuvo la primicia de este encuentro y sigue siendo el mejor canal que tiene el sector para publicar sus participaciones, a los matrimonios o a los sepelios.
“La cadena agroindustrial elaborará una propuesta para sumarse al programa contra el hambre que presentó el candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández. Esa decisión se tomó hoy durante una reunión que entidades de exportadores, acopiadores, industriales molineros, corredores de granos y productores realizaron en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires”, informó este diario.
Según esta información, los equipos técnicos de estas entidades trabajarán en conjunto para llevarle a Fernández ideas que tengan como objetivo respaldar a la población más vulnerable, afectada por los aumentos de los precios de los alimentos. Es decir, para sumarse al plan de Aracre.
“Apoyamos el concepto de una tarjeta alimentaria que podría financiarse con un fideicomiso que maneje la ANSES”, explicó uno de los asistentes al encuentro, reflotando una vieja idea de tiempos del kirchnerismo, cuando el agro era oposición. Cuando finalmente el agro tuvo un gobierno cercano con el macrismo, nadie, pero nadie, habló de esa bendita tarjeta.
Ver Productores ya protestan por las dudas contra Alberto, pero también critican la gestión de Mauricio
Por supuesto que la intención de negociar destila aires de supervivencia. Frente a la amenaza que lanzó Alberto de “reperfilar los precios de la canasta básica”, este grupo de entidades pretende que el candidato y casi futuro presidente se incline por otra receta, que básicamente no afecte el comercio de productos agropecuarios como sucedió en el pasado, con Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray como escuderos.
“El criterio de la propuesta es que habría que apoyar la demanda y no restringir la oferta. En otras palabras, quieren convencer a Alberto Fernández, en caso de que se confirme en las elecciones del 27 de este mes el resultado de las PASO, que no sirve repetir las medidas que se tomaron durante los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner. En concreto, quieren evitar las listas de precios máximos, las trabas a las exportaciones o los aumentos de retenciones”, explica la nota de La Nación.
El bloque armado de apuro se puso un nombre pretencioso. Se dio a conocer como una inexistente “comisión de entidades”. Entidades hay muchas y política hay muy poca en el sector. Hay mucho odio y resentimiento acumulado. Veremos cuánto tarda alguna otra entidad en salir a deslegitimar la representatividad de este bloque agroindustrial.
“Tenemos que bajar a tierra nuestra propuesta, no hacerla de forma individual y que sirva gane quien gane”, dijo una fuente del sector a La Nación. Dicho de otra forma, lo de Aracre no alcanza. Si el salto lo pegamos todos juntos es mucho más impactante.
“Hablamos de hacer algo de manera pro-positiva para que haya subsidio a la demanda y no restricciones a la oferta de carne, leche y trigo”, dijo otra fuente de la actividad al mismo medio.
Esta todo dicho. Solo falta que Alberto los llame. Si tiene ganas.
MAS DADIVA = MAS HAMBRE. (¿todavía no aprendimos?)
Solución para el hambre. Menos estado, menos impuestos, mas libertad para contratar, menos cargas sociales…
El resto es bíblico: EL QUE NO QUIERA TRABAJAR QUE NO COMA (2 TES 3: 10)
El “hombre nuevo” no existe
Los hambreados de hoy son los subsidiados, protegidos y ayudados de ayer. Y sus hijos
En una generación el 70% de la población tendrá hambre. LA RECETA NO FALLA