El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) volvió a recomendar a los productores ganaderos que revisen bien su plantel de toros, ya que suelen estar apestados por algunas enfermedades de transmisión sexual que pueden generar mermas productivas que van del 15 al 30%.
¿Y usted por qué habla así de mi toro? Si yo lo cuido y no dejo que ande de parranda haciendo macanas..
Vaya a saber responsabilidad de quien, pero hay dos enfermedades venereas (ahora es más fino decirles de transmisión sexual o ETS) que traen bastantes complicaciones a los establecimientos de cría bovina que todavía utilizan toros para preñar a las vacas, que son la inmensa mayoría. Según este informe del INTA son la Campylobacteriosis Genital Bovina, más conocida como Vibriosis, y la Tricomonosis. Ambas ETS son consideradas “endémicas” en el país.
¿Usted anda sugiriendo que mi toro podría andar apestado?
Yo solo le aviso, mejor dicho el INTA le avisa, que estas dos venereas provocan mermas reproductivas que se rexpresan en los bajos porcentajes de preñez y los abortos, entre las consecuencias que a usted le interesan. Porque a su toro quizás esos indicadores de productividad no le importa nada.
El especialista en sanidad animal del INTA Balcarce, Fernando Paolicchi, es quien dice que estas dos enfermedades “afectan a los bovinos de cría y generan mermas reproductivas de entre 15 y 30% por bajos porcentajes de preñez y abortos”. Por eso, el técnico recomienda “implementar cualquier tecnología disponible para la detección y prevención de estas enfermedades”.
¿Qué opciones tengo? No lo vamos a sacrificar al pobre animal con los servicios que me ha prestado…
Lo primero debería ser consultar a un veterinario, como dicen en las propagandas. Según Paolicchi, luego se puede apelar a vacunas, al reemplazo de esos toros que dan positivos por otros negativos o bien a los controles antes de la época de servicio. Razona el especialista del INTA: “Siempre va a tener un mayor rédito económico que el de padecer las consecuencias de una enfermedad venérea”.
Entonces usted me está insinuando que yo he sido bastante descuidado con mi toro…
Es Paolicchi quien lo dice. Entonces métase con él. “A pesar de que la Argentina cuenta con tecnología instalada, buena capacidad de los laboratorios, de los profesionales veterinarios capacitados y del INTA que colabora activamente, hay una gran parte de los productores agropecuarios que no realizan el control de sus toros”. Eso es lo que afirma.
El tal Paolicchi dice que resulta “fundamental” incorporar el raspado de toros al calendario sanitario de un establecimiento para detectar la presencia de enfermedades venéreas en el rodeo e implementar medidas preventivas para mejorar los índices productivos finales.
Ya entendí lo que me dice. Pero resulta tan difícil controlar al bicho cuando sale de parranda.