Después de 20 años de negociaciones entre China y la Argentina, el Gobierno Nacional anunció este martes un acuerdo para la apertura de ese gigantesco mercado de la harina de soja. Los “pellets” son el principal producto de exportación de la Argentina, pero los chinos no lo aceptaban y solo importaban el poroto de soja, en una sórdida pelea para ver qué país añadía el valor agragado al grano.
Al comunciar la buena nueva, un comunciado del Ministerio de Agricultura indicó que “este acuerdo histórico para la Argentina representa una gran oportunidad de ingreso al mayor mercado consumidor mundial de proteína vegetal para alimentación del sector ganadero”.
“China cuenta con más de 500 millones de cabezas entre porcinos y bovinos”, indicó el organismo. Esos animales se alimentan de maíz y también de harina de soja. La demanda es esta proteina vegetal es tan alta que llevó a China a convertir se en una enorme aspiradora de la soja de todo el mundo, con cerca de 90 millones de toneladas de importación del poroto.
Este nuevo hito para el comercio bilateral, que habilitará ahora el ingreso de uno de los dos grandes derivados del procesamiento industrial de la soja (el otro subproducto que se obtiene es el aceite), será formalizado el miércoles al mediodía por el ministro Luis Miguel Etchevehere, y el embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli.
“Estamos muy contentos con este nuevo anuncio que confirma que la Argentina volvió a insertarse en el mundo, porque el mundo confía en nuestras políticas de comercio exterior y en la provisión de alimentos de alta calidad”, celebró Etchevehere. “China es nuestro principal socio comercial después de la Unión Europea, y hemos construido una relación muy profunda que nos permite iniciar y cerrar negociaciones entre nuestros países”, añadió.
Para que este negociación llegara a buen puerto fue definitoria una misión sanitaria realizada a fines de agosto por el Departamento de Cuarentena Animal y Vegetal de la Administración General de Aduanas de China (GACC), que auditó el sistema de control e inocuidad del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
La comitiva visitó siete plantas de chushing ubicadas en Santa Fe y Buenos Aires, donde evaluó el circuito de recibo y acondicionamiento de porotos de soja así como el proceso de producción de harina. Observó especialmente los controles que se realizan para asegurar su inocuidad y calidad. Los inspectores chinos visitaron un laboratorio de la Red Nacional del Senasa para determinaciones de residuos de agroquímicos y contaminantes microbiológicos y el laboratorio de biotecnología del INTA Castelar.
En la reunión final, realizada en la sede central del Senasa, los auditores chinos explicaron a sus anfitriones que una vez llegados a su país elaborarán el informe técnico correspondiente con los resultados de su inspección. En una China necesitada de mayores importaciones (por su pelea con Estados Unidos y la crisis de la Peste Porcina Africana), el documento fue redactado en tiempo récord.
Luego de esa visita, el titular del Senasa, Ricardo “Ricky” Negri, realizó una visita a China. Esas gestiones, junto al embajador Diego Guelar, permitieron acelerar todavía más el resultado de la negociación. “La harina de soja es nuestro principal producto de exportación y es un orgullo que China nos tenga esta confianza ya que no harán visita de auditoría previa, sino 24 meses después del primer embarque desde Argentina”, anticipó Negri sobre el acuerdo.
En el acumulado de 2019, nuestro país lleva exportado a China 4,3 millones de toneladas de porotos de soja (el 80% de nuestros destinos para la soja), y 163.954 toneladas de aceites de soja (el 4% de nuestros destinos de aceite). La harina estaba prohibida por razones sanitarias.
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Este acuerdo profundiza una relación bilateral fuerte, que ya permitió la habilitación del mercado chino a la carne bovina, la ovina y la porcina, además de recuperar os negocios con aceite de soja. También varias economías regionales se vieron favorecidas, como las cerezas, cítricos, arándanos frescos y arvejas secas, mandarinas y la miel.
La Argentina es el mayor exportador de harina y aceite de soja del mundo y el tercero de porotos de soja. Este año, se estima exportar en total 26 millones de toneladas de harina de soja, 6,5 millones de aceite de soja, y 8,5 millones de toneladas de porotos de soja.
Según los datos oficiales, la cadena de la soja emplea un total de 345.000 personas, que equivale al 16% de la mano de obra de la agroindustria nacional. Este año ya se llevan procesadas casi 25 millones de toneladas de soja, que representa un 80% del uso total de la oleaginosa.