La cifra exacta es 3.999.896.660 pesos con 97 centavos, es decir casi 4.000 millones. Corresponde a 358 cheques rechazados por falta de fondos y que fueron girados desde la Cooperativa de Trabajo “Familias Argentinas” a sus proveedores de hacienda para que trabaje el frigorífico Mariano Acosta, ubicado en Merlo. Los productores que aportaban ganado para esa planta de faena suponen que la “estafa” puede ser todavía mucho mayor y ya han presentado denuncias ante la justicia.
Según la contabilidad del Banco Central, los cheques rebotados se aceleraron desde octubre pasado y todo parece indicar que se trata de una maniobra delictiva planificada más que al traspié financiero de un grupo de trabajadores agrupados en una cooperativa para recuperar un frigorífico que estuvo cerrado durante casi 20 años. De hecho, hay mucha evidencia que sugiere que la cooperativa de trabajo es simplemente una fachada para la operación de un grupo empresario, que además tiene ligazón con el principal gremio de la carne del país.

Para cerrar un círculo de cinismo casi perfecto, la planta que habría estafado a reconocidas empresas ganaderas fue inaugurada hace poco más de un año, el 2 de mayo de 2024, nada menos que por el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el intendente de Merlo Gustavo Menéndez. Se presume que la cooperativa Familias Argentinas recibió entonces una gran ayuda tanto del gobierno provincial como del municipio.
“Estoy muy contento por esta nueva planta, que es el resultado de la combinación entre la acción del Estado y las empresas. Sin Estado no hay forma de que esto se haga, de la misma manera que el Estado sin privado no va a ningún lado”, reflexionó Kicillof en el acto de apertura, donde se calzó el mameluco blanco y accedió a sacarse muchas fotos con los trabajadores y también con los empresarios que -detrás de escena- serían parte sustantiva de esta maniobra.
En la portada de esta nota de Bichos de Campo, el gobernador posa junto a un hombre llamado José Alejandro Benseny, quien era el comprador de hacienda para la planta de faena desde su apertura y también quien firmaba los cheques que desde hace tres meses les están rebotando todos los días a los productores. Mejor dicho, la mayor cantidad de los 359 cheques emitidos desde el Cuit 30-71802975-5 (correspondiente a la cooperativa) rebotaron desde fines de septiembre hasta el 1 de diciembre pasado, cuando los matarifes abastecedores que proveían de ganado al lugar desistieron de intentar cobrarlos y dejaron de mandar camiones. Por eso se estima que la maniobra es mucho mayor a los 4.000 millones de pesos que contabiliza el BCRA.

Benseny, quien trabaja como asesor contable de la Federación Gremial de Trabajadores de la Carne conducida por Alberto Fantini, solo pudo levantar uno de los cientos de cheques rebotados por 1.5 millones de pesos, menos del 0,3% de la deuda total registrada. Eso sucedió el 29 de septiembre pasado, y la información del Banco Central remite a su Cuit personal (20-17851679-6) al dar cuenta de dicha operación. El dato confirmaría que era este hombre quien manejaba los pagos -que después de allí se fueron incumpliendo- a nombre de la cooperativa de trabajo.
Según cuenta la página web del propio Municipio de Merlo, la reapertura del frigorífico de la localidad de Mariano Acosta “fue impulsada por la cooperativa de trabajo Familias Argentinas, que decidió reabrir el frigorífico para fomentar la producción local y generar empleo de calidad”. Allí trabajarían, según los testimonios, unos 70 empleados socios de la cooperativa, más unas 30 personas dependientes de las carnicerías habilitadas para el expendio de carne a los vecinos.
“Conformamos un círculo virtuoso con la inversión privada que genera empleo, porque con ayuda de la provincia y el municipio, se puede generar la venta de carne a un precio muy accesible y conveniente a las carnicerías de la zona”, declaró el histórico intendente Menéndez en aquel acto junto a Kicillof. No se pudo determinar si hubo algún tipo de apoyo económica de la Municipalidad de Merlo o del gobierno de la provincia de Buenos Aires.
“Cuando nos hicimos cargo del inmueble, desde el municipio nos abrieron las puertas y esto nos llevó a trabajar junto al Ministerio de Desarrollo Agropecuario donde nos asesoraron en lo técnico y lo administrativo”, declaró en ese momento quien actuaba como gerente de la planta y socio de la cooperativa, Germán Berardi, quien ahora se habría retirado de la sociedad. El presidente de Familias Argentinas era Ariel Díaz. El controvertido contador Benseny se presentaba entonces como síndico.
En realidad, según un documento al que pudo acceder Bichos de Campo, el papel de Benseny era mucho más relevante y la cooperativa de trabajo sería solo una fachada para la operación de un grupo empresario. En julio de 2023, en rigor, el presidente del consejo de administración original de dicha cooperativa de trabajo, un supuesto comerciante llamado Marcelo Javier Najamu, firmó un “poder general amplio de administración y disposición” a favor de José Alejandro Benseny, que a partir de allí obtuvo facultades ilimitadas para manejar a su antojo todo lo que sucedía en dicha entidad de la economía social.

El propio contador de la Federación Gremial de la Carne contó luego en un programa radial sobre cooperativas que Familias Argentinas era una asociación con escaso año y medio de vida. Y que la reapertura del frigorífico fue impulsada por un pequeño grupo de socios que venían del negocio de la carne y no por un conjunto de trabajadores reales organizados detrás del objetivo de mantener su fuente de trabajo.
“Todos teníamos nuestra historia particular, nos conocíamos por la actividad, pero siempre trabajábamos como profesionales y asesores, nunca se nos había dado la posibilidad de armar una explotación Dios quiso que nos conociésemos: yo soy contador, otro de nuestros socios ha sido vendedor mayorista de carne, y el otro se dedica al mantenimiento y la parte operativa de frigoríficos”, reconoció muy suelto de cuerpo el hombre a quien ahora varios productores acusan de haberlos estafado por cifras millonarias.
Este es aquel reportaje radial:
“Nos costó muchísimo. Nunca hemos recibido subsidios, nunca un crédito, todo ha sido con esfuerzo de los socios y el patrimonio de la familia”, declaró también Benseny en dicho reportaje, donde también confirmó que recibieron mucho apoyo desde el Ministerio de Desarrollo Agrario, al mando de Javier Rodríguez, y e la municipalidad de Merlo que comanda Menéndez.
Como sea, la planta de faena cooperativa trabajó bastante intensamente en lo que va de 2025. Con datos de la ex ONCCA acumulados desde enero a noviembre, un total de 26.445 bovinos fueron procesados por el frigorífico Mariano Acosta, que luego vendía la carne en tres locales minoristas ubicados en ese partido del conurbano.
Como los socios de la supuesta cooperativa de trabajo no tenían capital propio, la hacienda era provista por varias firmas ganaderas que realizaban la faena en sus instalaciones mediante sus propias matrículas de “matarife abastecedor”. Esas empresas ponían la hacienda, la cooperativa la faenaba y luego la carne se vendía a través de las carnicerías propias. De ese modo se generaban los pagos de parte de la cooperativa hacia sus proveedores. Pero eso sucedió hasta fines de septiembre, cuando arrancaron a rebotar todos los cheques.

“Esta es una maniobra preparada. De la noche a la mañana dejaron de pagar todos los cheques, se cortó la comunicación, y por lo que sé salieron a comprar hacienda a contado en el norte, en Santiago del Estero, con otra matrícula”, contó a este medio el principal proveedor de ganado a esa planta de faena, que se siente “estafado” y es uno de los que recurrió a la justicia. En su caso, denunció una deuda acumulada de unos 4.200 millones de pesos, superior incluso a los cheques rechazados registrados en el BCRA. El damnificado confirmó que era el contador Belsery quien realizaba los tratos con él y emitía los pagos.
Carfric SRL y Hetcar SA son dos de las firmas que vendían ganado a la supuesta cooperativa de trabajo, que últimamente comenzó a utilizar otra matrícula de matarife correspondiente a una empresa llamada Campos del Tonal. Será tarea de la justicia determinar ahora si estamos frente a una gran estafa y sancionar a los responsables.
¿Y puede haber responsabilidad penal de parte de los funcionarios provinciales o municipales?
Por lo pronto debe decirse que tanto Kicillof como su ministro Rodríguez, quien viene impulsando la apertura de muchos nuevos frigoríficos en territorio provincial, han pecado de una enorme ingenuidad al prestar un visible apoyo a un proyecto que, detrás de la fachada de una cooperativa de trabajo, no tenía demasiado sustento y quizás hasta haya sido pergeñado únicamente para concretar una estada de estas dimensiones.
En realidad, ni el gobernador ni su ministro pueden ignorar a esta altura que la presencia de cooperativas de trabajo en el negocio de la carne del conurbano -donde manejan hasta 10% de la faena- suele estar relacionado más con maniobras destinadas a la evasión de impuestos y sobre todo a la elusión de obligaciones patronales (ya que en las cooperativas los trabajadores son considerados “socios” y por lo tanto no acceden a derechos básicos como una obra social, la jubilación o vacaciones). Por eso, esas figuras sociales suelen ser denunciadas por las empresas formales, que las acusan de ejercer una “competencia desleal”, ya que tienen costos laborales, sanitarios y tributarios muy inferiores al resto. Algunas cooperativas incluso pagan los “salarios” de sus supuestos socios en bolsas de carne.
Pero usualmente las cooperativas de faena no son clausuradas ni sancionadas por las autoridades de turno, un poco por la pátina de romanticismo que tiene la figura cooperativa, que permite a los funcionarios llenar de palabras huecas sus largos discursos, y otro poco porque tienen el apoyo de punteros locales y por lo tanto cobertura desde la política del conurbano.





Los cheques rechazados no se configuran en una estafa per se. Son una promesa de pago incumplida, ahora sí en el medio hay un vaciamiento de activos de la empresa que emite la promesa de pago, eso sí configura una estafa en grado de tentativa.
No deberían denunciarlo al enano soviético por alentar empresas que luego estafan a productores y laburantes ? Si lo denunciaron al peluca por la Cripto bien le cabe también a Kicillof por idéntica situación no ? Para que para los Kirchos peronistas sus candidatos mean agua bendita, la de los otros está contaminada
PEDASOS DE SORETES ..
QUE TIENE QUE VER KICILOF CON ESTO.???
Es de kicilof el frigorífico???? Es del gobierno provincial???? Con ese criterio Milei debería subrir el papelón de las 200.000 empresas argentinas cerradas en su 2 años de gestión….
Estos bichos son tan raros como el título de la nota. Jeje
El engaño de la narrativa siempre vigente. !!!!!!
Lo de libra fue una estafa. bichos de campo o serán bichos libertarios