La Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) presentó un documento (Estrategia Nacional Exportadora) en el cual se reflejan las paupérrimas condiciones que deben enfrentar las empresas que operan en comercio exterior.
“La actividad de exportación debe dejar de reducirse al concepto de ‘generador de divisas’ y que debe dejar de considerarse como una ‘solución de caja’ de cortísimo plazo posible de accionar mediante el cambio de reglas”, señaló el presidente de CERA, Fernando Landa, al presentar el informe.
La participación de la Argentina en las exportaciones globales es apenas del 0,33% (2024), con escasas perspectivas de mejora para 2025 (0,34%). Hace una década la cantidad de empresas exportadoras de bienes se encuentra estancada en el entorno de 9300 empresas. Este número es aproximadamente la misma cantidad de exportadores que hoy detenta Perú y apenas algo más que Chile.
La economía argentina es mucho más compleja que su exportación: los primeros cinco productos representan el 59% del volumen exportado (2024) y la capacidad de diversificación continúa limitada.
La exportación anual per cápita de Argentina está debajo de los 1500 dólares, lo cual palidece en comparación con los 4500 y 5000 dólares per cápita de países como Chile y México.
En 2023, antes de las elecciones presidenciales, la CERA había presentado una primera versión de la Estrategia Nacional Exportadora con 142 propuestas. De estas, Landa comentó que aproximadamente dos tercios siguen pendientes de implementación, muchas de las cuales serían de alto impacto para la mejora del sector. Este año, además, se incorporaron más propuestas a la Estrategia Nacional Exportadora, llegando a un total de 248 puntos. Laos principales ítems son los siguientes:
1.Eliminar la liquidación obligatoria de divisas producidas por ventas de exportación de bienes. Se trata de una exigencia que está presente en naciones como Pakistán, Libia, Turkmenistán, Argelia y República Central Africana en una proporción mayor al 86% de la operación de exportación, mientras que en Madagascar y Honduras la proporción es del 70%.
2.Seguir eliminando derechos de exportación, impuesto que no es empleado por países normales. En 2023 tan solo 28 países aplicaban retenciones. En 2022 la Argentina se ubicó en la segunda posición en cuanto a la presión de este impuesto sobre las exportaciones (16,5%), mientras que en 2023 descendió al quinto puesto, pero como producto de la sequía que impactó negativamente en las exportaciones agrícolas que sufren las mayores alícuotas de retenciones.
Los derechos de exportación en Argentina son altos (en 2025 representan el 4,4% de los recursos tributarios y 9% de las exportaciones) e imprevisibles (en los últimos 22 años hubo un promedio de cinco normas anuales)
3.Readecuar los reintegros a las exportaciones para que compensen la carga impositiva indirecta. Argentina es un país que exporta impuestos. Los derechos de exportación superan a los reintegros; más allá de eso, los reintegros a las exportaciones no compensan la carga impositiva indirecta que enfrentan los exportadores. Existen además casos extremos, donde los productos reciben cero reintegros en un esquema en el cual los impuestos nacionales, provinciales y municipales se han incrementado a lo largo de las últimas décadas.
4.Eliminar los condicionamientos no previstos en la Ley de IVA para el recupero de este impuesto.
5.Regularizar la deuda del Estado con los exportadores (IVA y reintegros a los impuestos indirectos).
6.Avanzar en la creación de una Cuenta Corriente Cuenta Corriente Única Tributaria (tanto impositiva como aduanera).
7.Solucionar los temas estructurales para avanzar velozmente en la facilitación del comercio. Argentina tiene Acuerdos de Libre Comercio y Acuerdos de Preferencias Arancelarias con naciones que representen el 4,0% y 5,7% del PBI mundial respectivamente. Es muy probable que el acuerdo Mercosur-Unión Europea no logre oficializarse por falta de votos necesarios en el ámbito de la UE-27.
En lo que respecta a EE.UU., CERA pidió dar a conocer el texto del acuerdo anunciado y seguir analizando mecanismos que permitan mejorar la posición de acceso al mercado en el marco bilateral. Para el caso de China resulta prioritario determinar junto con el sector privado sectores estratégicos para negociar aperturas de mercado, con foco en el sector alimenticio y agroindustrial.
8.Solucionar los temas institucionales y de gobernanza que afectan la logística e infraestructura orientada al comercio.
9.En el Mercosur alcanzar nuevos consensos que permitan salir del estancamiento actual y determinar qué acciones corresponden en el caso de Uruguay y su proceso de adhesión al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
El mes pasado Uruguay fue aceptado oficialmente para integrarse al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), uno de los bloques comerciales más relevantes del mundo, conformado por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Reino Unido y Vietnam. El Mercosur aún no se pronunció al respecto.
10.Mantener una presencia activa en el G20 y el Acuerdo de París, además de priorizar el proceso de ingreso de Argentina a la OCDE.









