Unos 600 delegados de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) se reunirán en Mendoza, en el marco del 33° Congreso Anual de la entidad gremial, para apoyar a su secretario general, José Voytenco, en medio de una feroz interna con sectores alineados con el gobierno libertario. Pero a la par, el sindicalismo agropecuario saldrá con un pronunciamiento sobre la necesidad de que los productores eleven el salario que pagan por la mano de obra. El propio Voytenco blanqueó esa prioridad diciendo que hoy la mayoría de los peones vive en la “miseria”.
El salario mínimo vital y móvil en la Argentina es ahora de 322 mil pesos. Un salario base de un trabajador rural registrado arranca en el doble de eso, y se ubica cerca de 700 mil pesos dependiendo de la región y la actividad. En una comunicación de UATRE, Voytenco advirtió que en el Congreso de la UATRE se pedirá a la Mesa de Enlace (que agrupa a las patronales) elevar ese mínimo a no menos de 1 millón de pesos.

La negociación paritaria se desarrolla en el marco de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA), con la mediación de las autoridades nacionales. Voytenco confirmó que las negociaciones se encuentran en un cuarto intermedio y fue contundente respecto al objetivo para noviembre: “Queremos cerrar con 1 millón de pesos brutos para el trabajo rural”.
El líder sindical reconoció que ese objetivo está muy por encima de las pautas de aumento que ha puesto el gobierno de Javier Milei a los gremios. De hehco, dijo que el salario de bolsillo actual promedia los 700 mil pesos, una cifra que “no alcanza a cubrir las necesidades básicas de una familia”.
“El sector agropecuario debe entender que esto no pasa por índices de la macroeconomía, sino por una cuestión social y de contención familiar”, subrayó Voytenco, mostrando los dientes.
En un mensaje directo a los empleadores, el secretario general de UATRE recordó que “no somos enemigos del campo, somos parte de el. Somos los que levantamos la riqueza del país y debemos tener participación en la bonanza”.
Voytenco instó a los productores a dejar de ver al trabajador como un “gasto” y empezar a considerarlo un “aliado estratégico” para mejorar la productividad.
Este perfil más agresivo tiene que ver no solo con la precariedad económica que ven sus representados, que es más que obvia. A la UATRE además le ha salido competencia gremial, pues el gobierno libertario habilitó recientemente un nuevo sindicato para el sector liderado por el eterno rival en la interna de Voytenco, el diputado Pablo Ansaloni.
Por eso, de cara al 2026 y las futuras elecciones en el gremio histórico, el dirigente destacó la recuperación patrimonial del sindicato, con fuertes inversiones en inmuebles y rodados para dotar a las bases de herramientas de fiscalización. “Este Congreso será para los aplausos, porque hemos dado vuelta la página de lo que era la vieja UATRE. Hoy hay un sindicato en crecimiento, al lado de los trabajadores y con presencia territorial permanente”, se elogió.





