Salvador Distéfano arrancó su disertación en el reciente Congreso de Agronegocios de Agroeducación, el jueves en Rosario, con una homenaje a Rogelio Pontón, quien hasta su muerte fuera director de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario y ferviente defensor de la escuela austríaca a la que adhiere el presidente Javier Milei.
“Rogelio fue nuestro líder y su enseñanza fue crucial para comprender la naturaleza de los ciclos económicos” dijo Distéfano, quien consideró que el plan económico del gobierno significa una cambio de rumbo muy importante.

“Cambió la música, cambió el paso. Esto implica que las empresas deben adaptarse rápidamente, invirtiendo hoy para mejorar productividad y reducir costos, en lugar de esperar que el gobierno baje impuestos. Se fomenta una visión proactiva: tenés que invertir hoy porque si invertís hoy, vas a tener mayor productividad, vas a bajar el costo unitario”, sostuvo.
Luego indicó que el gobierno nacional está aplicando esos postulados de la escuela austríaca: “tan pero tan bien que tenés una economía en donde los mercados son de competencia perfecta”.
A pesar del liberalismo que pregona el gobierno sigue habiendo multiplicidad de intervenciones en la macroeconomía como las bandas cambiarias y las retenciones a las exportaciones agroindustriales que le restan ingreso a los productores.
“El gobierno está bajando impuestos, eso es una realidad, quizás no los que cada uno querría pero lo está haciendo. El problema es que la mayor parte del gasto público es social, tenemos10 millones de jubilados y el Estado es responsable por esas personas y en asistir a los que tiene escasos recursos. Es muy fácil decir bajamos las retenciones, pero qué hacemos con la gente”.

El analista económico luego agregó: “La única forma de considerar una reducción de las retenciones es asegurar que esto no afecte la asistencia a quienes más lo necesitan”.
De todos modos, consideró que el gobierno tiene intenciones de ir reduciendo ese impuesto en tanto la estabilidad económica genere producción, empleo, se hagan las reformas fiscales y laborales necesarias y “haya una base imponible más alta que permita recaudar más mientras se bajan otros gastos”, lo que permitiría reducir la presión fiscal al agro a través de ese tributo.
El gobierno nacional, apurado por la necesidad de dólares, bajó provisoriamente las retenciones a los granos y dejó la de la carne en cero en octubre. Pero de inmediato las volvió a reimplantar.
“Son ensayos que se van a repetir, vamos a ver bajas graduales en soja, maíz y trigo y no descartes cambios estructurales como la reforma laboral y fiscal o que haya un IVA más elevado y que al mismo tiempo bajen otros impuestos. Lo que veo es que se terminó la etapa de ‘no hay plata¿. El Estado ya adelgazo, ahora a esta economía hay que ponerle músculo para que empiece a correr y el hombre de campo es el primero que supo leer esto”, concluyó Distéfano.





