En algún momento, los empresarios del sector frigorífico argentino se ilusionaron porque Donald Trump los había sancionado menos a ellos -al imponer aranceles de importación del 10%- que a sus pares brasileños, a los que les impuso un 40% de tasas adicionales para vender carne a su país. Era curioso el festejo de la desgracia ajena entre quienes deberían ser socios naturales pues forman parte del Mercosur. Pero así suelen los empresarios.
Este escenario duró muy pocos meses. La semana pasada, primero, el gobierno de los Estados Unidos desandó el camino y retrotrajo el aranceles de 10% para la carne vacuna y otros alimentos (como las frutas) de varios países como la Argentina. Entonces los empresarios locales festejaron el doble, porque ellos ganaban todavía mayor competitividad para vender carne a EE.UU., mientras que los brasileños seguían penando.
Pero nada dura para siempre y este escenario duró solo una semana, porque este jueves Trump volvió a recular y anunció la eliminación del arancel del 40% aplicado a una serie de productos brasileños. La lista publicada por la Casa Blanca incluye café, té, frutas y jugos tropicales, cacao, especias, bananas, naranjas, tomates y carne vacuna.
La necesidad es más fuerte. Estados Unidos es bastante dependiente de los alimentos de origen importado, y por lo tanto menos de medio año duró la sanción estadounidense al gobierno de Lula Da Silva, que ligó aranceles más altos que el resto solo por ser parte del BRICS y coquetear políticamente con China o Rusia.

“Hoy estoy feliz porque el presidente Trump ya empezó a reducir algunos de los aranceles que había aplicado a ciertos productos brasileños”, afirmó el mandatario brasileño ante el repliegue estadounidense.
La nueva decisión de Trump respecto de Brasil modifica parcialmente de la Orden Ejecutiva 14323, del 30 de julio de 2025, cuando Washington declaró las acciones del gobierno brasileño representaban “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos”. Fue en ese momento, que la administración estadounidense impuso ese arancel adicional del 40% a los productos procedentes de Brasil.
Según la explicación de Trump, la rectificación parcial se produjo tras las negociaciones que comenzaron el 6 de octubre de 2025, durante una conversación telefónica con el presidente da Silva.
Como sea, la Casa Blanca anunció que, “tras considerar la información y las recomendaciones, y el progreso de las negociaciones con el Gobierno de Brasil”, el presidente decidió “modificar el alcance de los productos sujetos al arancel adicional”.
El sector cafetero brasileño consideró la decisión un alivio inmediato. El presidente del Consejo Brasileño de Exportadores de Café (Cecafé), Márcio Ferreira, declaró que “para nuestra alegría y la de todos los brasileños, el gobierno estadounidense finalmente eliminó el arancel del 40% al café verde”, una medida que colocaba al país “en una posición extremadamente desventajosa” frente a otros productores, como Colombia. De café, Brasil exportaba entre 2.000 y 2.500 millones de dólares a Estados Unidos.
En carne vacuna, que es el rubro de competencia directa con la Argentina -que todavía espera la confirmación de una cuota libre de aranceles de 80.000 toneladas-, Estados Unidos también se había convertido en un mercado importante para Brasil, que exportaba hacia allí unas 150 mil a 200 mil toneladas anuales. Ahora esos negocios podrán continuar en igualdad de condiciones con la Argentina.
La lección es que nunca es bueno festejar la desgracia ajena sino que conviene celebrar los éxitos propios.




