¿Se imaginó Ricardo que una vez iba a estar ofereciendo su máquina entre productores de nuez pecán? Probablemente no. Y más aún: ni siquiera imaginaba que alguna vez iba a estar ofreciendo un producto como ese, fuera en el ámbito que fuera.
Es que Ecogreen Chip, su empresa de maquinaria chipeadora de residuos forestales, nació en realidad de pura casualidad. “Como un juego”, relata Ricardo Fernández, su fundador, que repasó junto a Bichos de Campo la historia que empezó allá por el 2017, cuando sólo tenía una necesidad personal que cubrir y mucha inventiva.

“Habíamos comprado un terreno que queríamos limpiar y, como no era opción quemar porque era una reserva y tampoco era económicamente viable trasladar todas las ramas, investigué y me encontré con la chipeadora”, recordó Ricardo. Fue así como desarrolló su propia máquina a escala, para cubrir esa necesidad particular, y cuando la mostró en redes sociales se encontró con que había un nicho por explotar.
Un nicho que, por supuesto, supera a la limpieza de montes o de patios traseros, y que alcanza al sector productivo, en el que la gestión de los residuos de la poda suele ser una problemática de la cual ocuparse. Sobre todo en actividades muy intensivas, como el pecán, donde es necesario trabajar sobre los árboles campaña tras campaña para que no pierdan vigor y, por lo tanto, no haya mermas en la producción.
Aunque una porción de esos troncos son utilizados como combustible para el secado del fruto, hay también mucha cantidad de ramas que ocupan espacio y no son útiles para ese fin, a las que puede agregarse valor si se las “chipea”.

Por eso es que Ricardo montó su stand en la Convención Anual organizada por la Cámara Argentina de Productores de Pecán (CAPPECÁN), pues el tiempo y la experiencia le demostraron que, aquello que nació como un juego, puede serle muy útil a esa y otras tantas actividades.
“Nuestras máquinas lo que hacen es reducir el volumen en una proporción de 10 a 1 y transformar ese residuo en un producto útil, generando un valor agregado y brindando una solución definitiva”, explicó.
Es que lo que se obtiene, que es un conjunto de astillas o trozos pequeños de madera, puede ser utilizado como “mulch” para retener humedad y brindar nutrientes a los árboles, para hacer compost y mezclar con el sustrato de las plantas, para la “cama” en los caniles o la ganadería, o bien con fines decorativos, para hacer senderos y paisajismo.
Esas son sus principales aplicaciones hasta ahora, huelga aclarar, pues el emprendedor confía en que aún quedan muchos otros nichos por explotar que ya se ven en otros países, donde los circuitos de comercialización están mucho más establecidos.
Mirá la entrevista completa con Ricardo Fernández:
“El tema de la biomasa a nivel comercial es algo que aún hay que explorar en Argentina”, observó Ricardo, que asegura que en Europa, o mismo en Chile, ya hay un “mercado importante” de chips utilizados para generar energía. Tanto, que hace algunos años se importó del país vecino la primera caldera que utiliza ese subproducto, ahora instalada en Bariloche.
“Ni siquiera hay que pasar por el proceso de pelletizado. El mismo chip puede ir directamente a la caldera y funcionar como combustible si tiene ciertas condiciones en cuanto al tamaño, granulometría y humedad”, explicó.

– ¿Qué tipo de energía necesitan estas máquinas?
– Básicamente, la gran mayoría compra nuestras máquinas con motores de explosión. Además tenemos equipos con toma de fuerza para ser utilizados por tractores, y también hay algunos con motores eléctricos, más orientados al sector industrial.
– Si soy productor y quiero invertir para adquirir una de estas máquinas, ¿qué necesito saber? ¿En qué me tengo que fijar en términos de tamaño, escala o modelo?
– Lo importante es poder dimensionar cuál es el volumen que uno necesita procesar, porque la máquina se adapta de acuerdo a la capacidad productiva. No es lo mismo tener una plantación de 10 o 15 hectáreas que una de 100, por eso tenemos equipos pequeños para un uso jardinero, otros de escala más profesional, para plantaciones pequeñas, y los de mayor porte que son eficientes en grandes extensiones. La idea es que a medida que se poda se chipee, y así se resuelve el problema en el momento.




