“En la ganadería argentina tenemos por delante un escenario de precios de la hacienda y rentabilidad como no hemos visto en el pasado: el éxito y la consolidación está en nuestras manos”. Así lo afirmó el analista ganadero Víctor Tonelli durante una charla ofrecida en una jornada técnica organizada por la región CREA Litoral Norte en la sede de la Sociedad Rural de Curuzú Cuatiá (Corrientes).
El primer aspecto clave es que la demanda internacional de carne vacuna crece por encima de la capacidad de la oferta de satisfacerla. Tonelli proyectó que para los próximos años la demanda continuará creciendo y la oferta no podrá seguirle el ritmo, manteniendo los precios altos.
El comercio mundial de carne viene aumentando significativamente en función del fuerte crecimiento de nuevos mercados no tradicionales, pero también debido a la revalorización del consumo de proteínas animales por parte de las nuevas generaciones en países tradicionales a partir del auge de un estilo de vida saludable.
“La salud y el deseo de estar en buen estado físico están desempeñando un papel en la explosión de demanda de las proteínas altas; los médicos también recomiendan consumo de proteínas al recetar medicamentos para bajar de peso, como Ozempic”, comentó Tonelli, según un artículo publicado en Contenidos CREA.
Un dato que no puede pasar desapercibido es que en julio del 2019 las acciones de Beyond Meat –empresa elaboradora de las “hamburguesas vegetales”– eran las favoritas en el mercado bursátil estadounidense y llegaron a cotizar en un máximo de 234,9 dólares por acción. Desde entonces, la acción de esa empresa ha perdido más del 99% de su valor, que actualmente no supera los 1,50 dólares.
Por otra parte, el consumo de carne bovina en China viene creciendo de manera sostenida en base fundamentalmente a las importaciones, lo que ha generado que el gobierno de la nación asiática abriera una investigación por presunto dumping contra todas las naciones proveedoras, lo que podría derivar en medidas arancelarias o cuotificaciones de mercado orientadas a proteger a los productores ganaderos locales. El resultado de dicha investigación se conocerá el próximo 26 de noviembre.
En lo que respecta a la oferta, existen limitaciones para abastecer a una demanda ávida. El stock ganadero en EE.UU. viene disminuyendo en los últimos años y para mantener la producción nacional se fomenta el aumento del peso vivo de faena, aunque eso no es suficiente para compensar el bache de oferta.
En una economía de mercado, la única manera de propiciar el crecimiento del rodeo de cría vacuna –la fábrica de la ganadería– es a través de precios más elevados, una dinámica que, por cuestiones biológicas y climáticas propias de la actividad, puede tardar varios años.
En ese marco, este año se registró un fuerte proceso alcista de los precios de la hacienda en EE.UU., que sigue vigente hasta la actualidad, el cual se explica tanto por una reducción de la oferta como por una demanda tanto interno como externa– que sigue muy sostenida y convalida precios crecientes.
Adicionalmente, en agosto pasado el gobierno de EE.UU. introdujo un arancel del 50% contra Brasil, que bloqueó de facto el ingreso de carne bovina de ese origen , lo que potenció el efecto alcista en el mercado de EE.UU. El mismo fenómeno alcista se está registrando en otros mercados clave, como es el de la Unión Europea.
“Los precios internacionales de la carne vacuna se encuentran en máximos históricos, incluso considerando las valores reales deflacionados por la inflación minorista estadounidense”, destacó.
La quita de restricciones a las exportaciones implementada a partir de fines de 2023 cambió el enfoque del negocio ganadero en la Argentina, mientras que la depreciación del peso argentino ocurrida en 2025 brindó mayor competitividad al sector exportador.
Luego de una brutal sequía de tres años con fuerte caída en los stocks, hubo finalmente un cambio en las perspectivas con una normalización de las lluvias y la consecuente mejora en la oferta forrajera, regularizando así los procesos productivos y generando condiciones para reiniciar la recomposición de stocks bovinos.
De todas maneras –explicó Tonelli–, aún quedan situaciones pendientes, como una normalización de las tasas de interés para hacer más accesible el crédito, así como una recomposición de la capacidad de compra del consumidor argentino.
En la Argentina el inicio de un ciclo de retención ganadero hará caer la oferta de carne; parte de eso podrá ser compensando con un aumento del peso medio de faena, para lo cual será indispensable propiciar condiciones de competitividad al sector exportador (principal demandante de hacienda pesada).
Las exportaciones deberían liderar la demanda, para lo cual será necesario potenciar las negociaciones internacionales; en ese aspecto, resulta esencial la implementación de sistemas de tipificación de la res y de la calidad de la carne.
“Sin crecimiento de las exportaciones, no hay futuro para la ganadería argentina”, aseguró Tonelli. El mercado externo no sólo permite valorizar e integrar mejor la res bovina, sino que resulta clave para adaptar la oferta interna a la dinámica de la matriz de consumo de proteínas animales, la cual –tal como ha sucedido en muchas otras naciones– viene registrando un crecimiento sistemático de los sectores aviar y porcino.
¿Cómo potenciar las exportaciones? “A través de la implementación de procesos que permitan estandarizar y garantizar la calidad de la carne ofrecida, además de mejorar el acceso a mercados clave y obtener nuevas cuotas de exportación o bien ampliar las existentes, como es el caso del nuevo cupo de 80.000 toneladas anuales que se está negociando actualmente con EE.UU.”, resumió.







