El Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) avanzará hacia la prohibición total del herbicida 2,4-Diclorofenoxiácetico (2,4-D) en formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos. El producto sufría hasta ahora diversas restricciones en varias provincias y durante ciertos períodos del año. Ahora se prohíbe en todo el país y en todo momento.
Mediante la Resolución 466/2019 publicada este miércoles en el Boletín Oficial, el organismo dispuso el cierre de la importación “a partir de los 120 días corridos”. Para la elaboración y el fraccionamiento, la entrada en vigencia será dentro de 365 días corridos, y para la comercialización y el uso el plazo es de 730 días o 2 años.
En la resolución, se advierte que “la aplicación y el uso de formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos de la sustancia activa ácido 2,4-Diclorofenoxiacético (2,4-D) podrían ocasionar daños en cultivos agrícolas, forestales u otros, debido a su alta volatilidad en las distintas regiones del país”, así como también aclaran que “los daños provocados a cultivos no blancos (de aplicaciones) se traducen en bajo rendimiento de estos, generando pérdidas considerables en los diversos cultivos, como así también daños a las personas y al medio ambiente”.
En diálogo con Bichos de Campo, Nicolás Auñón, de la Dirección de Agroquímicos y Biológicos del Senasa, dijo que “esta medida busca disminuir el riesgo ambiental al proteger a los cultivos agrícolas, forestales y otros, de los daños que podrían ocasionar estas formulaciones más volátiles del citado producto fitosanitario. Esta alta volatilidad de las formulaciones determina que el fitosanitario puede ser transportado por el aire a largas distancias desde el lugar donde fue aplicado”.
El técnico también explicó que “los ésteres volátiles que se prohíben, generan inconvenientes en épocas de altas temperaturas, y al ser volátiles, se trasladan a otros predios y pueden ocasionar daños en cultivos que no son tolerantes al 2,4 D. Por ejemplo, si usamos 2,4 D en un cultivo, y ese vapor volatilizado se traslada a un predio de algodón, ese cultivo se ve seriamente dañado. De hecho, por esa razón, todas las provincias del norte, tienen los ésteres prohibidos”.
“Por otro lado, las formulaciones ésteres (Butílicas e Isobutílicas) del 2.4 D ya se encuentran prohibidas o restringidas en algunas provincias del país, por lo que esta medida contribuye con la unificación de las normativas que regulan el uso de fitosanitarios a nivel nacional”, agregó.
Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, La Pampa, Chaco, Santiago del Estero y Entre Ríos ya prohibieron o restringieron el uso de los ésteres de 2,4-D, y a partir de esta resolución, las empresas deben declarar existencias del producto e informarlo en los próximos 15 días corridos. Del mismo modo, todos los productos fitosanitarios que se usan y comercializan en Argentina, deben estar inscriptos en el Registro Nacional de Terapéutica Vegetal.
En 2016, en Córdoba, el entonces ministro de Agricultura, Sergio Busso, había firmado una resolución que imponía directamente que en todo el territorio cordobés no se podría ya aplicar el herbicida hormonal volátil conocido como 2,4D en un “período ventana” que va de agosto a marzo de cada año, etapa en que coinciden la brotación y floración de cultivos de hoja ancha con la aplicación de barbechos para otros cultivos extensivos como la soja.
El argumento es que la aplicación de 2,4D en su formulación éster genera una deriva que se demostró es sumamente nociva para los cultivos de hoja ancha. Este tipo de hormonales volátiles tienen una deriva muy larga, de hasta 30 kilómetros según denuncian algunos productores, y si no se aplican con las condiciones de humedad, viento, y temperatura adecuadas, se ataca directamente a las plantaciones, aunque no se haya aplicado tan cerca.