La Asociación de Viñateros de Mendoza denunció una situación sin precedentes en la provincia y exigió medidas urgentes para evitar la desaparición del productor primario. Aseguran que los costos se dispararon, la uva vale menos que el año pasado y las bodegas pagan por debajo del costo real.
En ese sentido, la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) emitió un comunicado en el que advierte que el sector atraviesa “una de las peores crisis de rentabilidad que hayamos vivido en décadas”. El texto apunta contra la falta de respuestas del Estado, la presión impositiva y la destrucción del mercado de la uva, que deja sin rentabilidad a productores grandes, medianos y pequeños.
“La ecuación económica del productor primario ya no cierra. Durante este ciclo 2024/2025, los costos se dispararon de manera insostenible: mano de obra, agroquímicos, fertilizantes, energía, transporte, impuestos, tasas… todo subió menos la uva”, indicó la entidad.
La AVM detalló que la energía y el riego aumentaron más del 100%, la mano de obra de cosecha un 115%, los fletes un 95% y las tasas e impuestos entre un 50 y un 250%. A esto se suma un esquema tributario que, según la Asociación, “es confiscatorio, porque el Estado se queda con el 57,1% del excedente puro de una finca productiva”.
En el documento, los viñateros remarcan que el productor “no tiene poder de negociación” y que “el mercado de la uva está destruido”. Más del 50% de las bodegas no producen su propia materia prima, y los valores de compra se imponen unilateralmente, a plazos que llegan hasta nueve meses.
“Nos exigen estándares internacionales, pero nos pagan por debajo del costo real y a plazos imposibles. Así, nos endeudamos, malvendemos o no podemos ni siquiera podar”, señalaron.
A las advertencias institucionales se suman las voces de contratistas y productores que viven en carne propia la crisis. En medio de una manifestación en la ruta, los viñateros mendocinos, expresaron con crudeza: “Nos han llevado ya a la indigencia, que ya no es indigencia lo que estamos viviendo. El salario del contratista son cuarenta y cinco mil pesos la hectárea. Un contratista que tiene seis hectáreas cobra doscientos cincuenta mil pesos y nada más. Y no le encontramos salida… Nunca en mi vida hemos pasado lo que estamos pasando hoy. Esto no tiene precedentes”.
Los mismos productores pidieron al gobernador Alfredo Cornejo que escuche al sector: “Todos los días me levanto y me pregunto, señor Cornejo, ¿qué realidad está viviendo?”
La crisis no afecta solo a los viñateros. Según productores locales, también alcanza a los sectores hortícola y frutícola, que comparten el mismo escenario de costos altos, precios bajos y falta de acompañamiento estatal.
En su cierre, la AVM advierte que el impacto económico ya tiene consecuencias sociales profundas, y ya se ven fincas abandonadas, familias sin trabajo, jóvenes que emigran y tareas culturales que se paralizan.
“Esto no es solo un problema económico. Es una crisis estructural que afecta al tejido social de Mendoza. Cuando cae el viñatero, se debilita todo el entramado rural: el pueblo, la escuela, el almacén, el trabajador, la cultura local, la tradición”, señala el texto.
Y concluye con una frase que sintetiza el reclamo del sector: “Si queremos que Mendoza siga siendo la capital mundial del vino, primero debemos cuidar a quienes producen la uva. Sin productor primario, no hay vino. Y sin vino, no hay Mendoza.”