Uno de los factores de desarrollo clave de la agroindustria en Brasil y EE.UU. es la promoción de los biocombustibles, lo que permite no sólo consolidar el desarrollo en el campo, sino también asegurar la sostenibilidad energética de ambas naciones.
La Argentina, si bien fue pionera en biocombustibles en la primera década del presente siglo, posteriormente se estancó para luego comenzar a dar marcha atrás con el proceso de integración entre el agro y el sector energético.
Este miércoles por la tarde los senadoras nacionales integrantes de la Comisión de Minería, Energía y Combustibles se reunirán para tratar dos proyectos orientados a crear un nuevo marco de fomento de los biocombustibles. Debido a los tiempos legislativos, es casi la última oportunidad del año para que la iniciativa tenga el dictamen necesario para poder ser debatida en el recinto del Senado.
El proyecto que tiene el respaldo de la Liga Bioenergética –integrada por las provincias de Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe y Tucumán– es el 1495/24, promovido por la senadora cordobesa Alejandra María Vigo. También cuenta con el aval de la Unión Industrial Argentina (UIA), del Centro Azucarero Argentina y de la Cámara de Bioetanol de Maíz, entre otras entidades.
251009 – Senadores – Proy de ley de Biocombustibes V2Para el caso del biodiésel, el proyecto contempla pasar del corte obligatorio actual con gasoil del 7,5% (que ni siquiera se cumple en los hechos) al 15% en un plazo de tres años, mientras que para el bioetanol el mismo se eleva del 12% al 15% en el marco de un mercado desregulado que contempla la posibilidad de aumentar ambos umbrales si el sector privado así lo considera necesario.
La necesidad de una norma actualizada es por demás urgente porque el sector elaborador de biodiésel está a un paso de implosionar, mientras que en bioetanol existen hace años varios proyectos con inversiones por cientos de millones de dólares paralizados ante la ausencia de un marco regulatorio adecuado.
La diferencia entre la jornada de este miércoles respecto de otras es que el sector privado está mayormente encolumnado detrás de la necesidad de un cambio normativo porque entiende que en las actuales circunstancias habrá una pérdida de valor y riqueza posiblemente irreversibles si la cuestión se traslada al año 2026.
Mientras tanto, el aceite de soja de EE.UU. va camino a transformarse en un commodity eminentemente energético por el uso preponderante del mismo en el sector elaborador de biodiésel convencional e hidrotratado (HVO), al tiempo que en Brasil el auge del bioetanol está contribuyendo a sostener los precios internos del maíz al diversificar la matriz comercial del cereal.