Por primera vez en su corta historia acuícola, Argentina logró la apertura de cuatro mercados de Sudamérica para la exportación de ovas (conjunto de huevos) embrionadas de trucha arcoíris (O. mykiss). Se trata de un hito que potenciará el comercio internacional de salmónidos y promoverá la genética local en el mundo.
Según confirmó el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), las ovas argentinas podrán ingresar desde ahora a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Esto ocurrirá siempre y cuando se cumplan con los requisitos sanitarios fijados en la Resolución 2530 de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), bloque formado por los mencionados países.
En particular, la normativa apunta a evitar el ingreso de enfermedades zoonóticas de consideración para esta actividad.
Si bien Argentina cuenta con una zona declarada por el Senasa ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) como libre de enfermedades de notificación obligatoria que afectan a los salmónidos, que comprende todos los cuerpos de agua que constituyen la cuenca alta y media del río Limay, hasta la represa hidroeléctrica del embalse Piedra del Águila, en las provincias de Neuquén y Río Negro, para concretar este negocio será obligatoria la realización de pruebas de control previo al embarque de ovas.
Por ejemplo, de acuerdo con la mencionada resolución, Senasa deberá certificar “que el establecimiento de cultivo se encuentra en la zona libre del virus de la necrosis hematopoyética epizoótica (EHNV), virus de la septicemia viral hemorrágica (VHSV), Renibacterium salmoninarum (BKD), Virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAV), Virus de la Necrosis Hematopoyética Infecciosa (IHNV), Virus de la Necrosis Pancreática Infecciosa (IPNV), conforme a un programa de vigilancia epidemiológica oficial”.
Mirá la normativa completa acá:
GACETA 5696
También deberá demostrar que “en el establecimiento de origen no se registró signo clínico de enfermedad de etiología desconocida ni caso alguno de mortalidad no explicada en los últimos seis (06) meses incluyendo los asociados a causa de Flavobacterium psychrophilum”.
A esto se suma la realización de pruebas PCR hasta 60 días previo a los envíos, y la inspección de veterinarios certificados por la cartera sanitaria local.
Previo a esta apertura, Senasa mantuvo un intercambio de documentación sanitaria con la CAN y recibió a una delegación que llevó a cabo una auditoría a establecimientos productores de ovas, en junio de este año.
“La condición sanitaria argentina aporta garantías, al permitir la implementación de un sistema de producción libre de antimicrobianos y vacunas. Esta situación promueve el interés de otros países en adquirir mercancías premium, como la trucha arco iris y material genético (ovas embrionadas) producidas en esta zona libre”, destacaron desde Senasa.
“Esta medida representa un fuerte incentivo para los productores argentinos de salmónidos, particularmente de las provincias de la Patagonia”, afirmaron.