Sebastián Castillo lidera la firma Abuelo Julio, uno de los grupos de productores exportadores nucleados en APEA. El empresario está en Anuga manteniendo reuniones con sus clientes y allí contó a Bichos de Campo que “estamos pasando un momento muy bueno en el mercado internacional y en el caso particular de Europa hay un sostenimiento de precios que no se daba hacía mucho tiempo y que llegó para quedarse y para seguir presionando hacia arriba”.
La demanda europea crece porque cae su producción interna de carne y por eso “aparecen pedidos por cortes del cuarto posterior como la nalga, el peceto, la bola de lomo y esto genera una alternativa más a China por esos cortes”.
La caída de la producción europea de carne vacuna es tan marcada que los precios de la hacienda tuvieron una rápida escalada y son de los más altos del mundo.
“Hay un crecimiento muy alto del valor del ganado y eso hace que deban pagar más por la carne que importa y además tuvieron movimientos en el valor del euro que los hace más competitivos. Aquí el kilo de carne en gancho vale entre 8 y 9 dólares, 50% más que en Argentina”, comentó Castillo.
Para aprovechar mejor este mercado, el empresario dijo que sería positivo que se haga efectiva la nueva cuota negociada en el acuerdo UE-Mercosur, de unas 90 mil toneladas adicionales a la Hilton, que todavía debe ser ratificada por los congresos de los países miembros de la Unión Europea.
Además habló sobre la situación del negocio a nivel interno, es decir, sobre la competitividad de la cadena cárnica.
La producción de novillos, la categoría vacuna con la que se atiende a la demanda del viejo continente, es cada vez menor, “pero lo bueno de lo que está pasando es que vemos cada vez más interés por novillos pesados no solamente de la exportación sino también del consumo, y si Argentina produce más kilos con las mismas carcasas, vamos a tener más producto. Ese es el primer desafío que tenemos”, afirmó el empresario.
Para hacer un novillo se requiere de mucho tiempo y en Argentina las políticas económicas son más bien cortoplacistas y pensadas para sortear la coyuntura, lo que acota las posibilidades de inversión en ganadería.
“Hacer un novillo implica tiempo y una mayor inversión de capital, pero la ganadería está en un buen momento y eso va a ayudar a alargar los procesos y terminar ganado más pesado”, se ilusionó.
Por el faltante de novillos los industriales cada vez más salen a comprar terneros y a engordarlos en feedlot propios o de terceros, se aseguran así la oferta que no le proveen los ganaderos.
“Se está produciendo una integración vertical importante en todos los que somos parte del negocio exportador, por eso otro desafío importante es mejorar los índices de preñez, con las mismas vacas sacar más ternero y, sobre todo, sobre las mismas carcasas meter más kilos. Tenemos que apuntar un novillo de quinientos kilos”, expresó.
Castillo además se refirió a la quita de retenciones que implementó el gobierno a la exportación de carne vacuna de novillos que era de 5%. La medida finaliza el 31 de octubre. “Obviamente que ayuda, es 5% en un negocio de márgenes muy finos como el nuestro que pero enseguida se fue a precio del novillo. Ojalá que se sostenga de esta manera, que la dejen de forma definitiva”.
Respecto de si a la rebaja temporal se la está pudiendo aprovechar indicó. “es un desafío administrativo y financiero, pero bueno, si no somos como la gata Flora, por lo menos no tenemos retenciones, que no es poco. Luego depende de la situación financiera de cada empresa que debe analizar la conveniencia del anticipo de divisas y la financiación bancaria que está ofreciendo tasas de entre 7% y 9% anuales en dólares”.