La situación de las empresas nacionales que fabrican maquinaria agrícola está condicionada por la complicada coyuntura macroeconómica, pero también por la falta de recursos de parte de contratistas y productores para reponer capital, como consecuencia de las altas tasas de interés y de los bajos precios de los granos, que durante buena parte del año dejaron las cuentas de los agricultores en rojo.
Esa es la evaluación que hacen desde la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), donde ven con preocupación el presente del sector. Su presidente, Enrique Bertini, aseguró a Bichos de Campo que “aunque la inflación está bastante controlada, no alcanza para que haya un movimiento comercial fluido en el negocio”.
Sobre todo, porque allí se comercializan equipos que implican desembolsos importantes de dinero y porque faltan hoy incentivos para tomar deuda e invertir. “El productor acude al banco y las tasas no son convenientes, entonces no se arriesga, y guarda la mercadería”, evaluó Bertini.
En efecto, esa baja demanda presiona sobre los precios de la maquinaria agrícola, que, aseguran desde Cafma, son muy competitivos porque hay mucha oferta. “Todos nos ajustamos lo más que podemos para sostener la industria en funcionamiento y por eso muchas veces se vende por debajo del costo”, explicó el presidente de la entidad.
Esta situación no es nueva para el sector sino que se acarrea desde hace ya varios meses, producto además de la apertura de importaciones de “fierros” usados. Lo que ven con preocupación es que el foco está puesto en minimizar las pérdidas y prácticamente nadie en la industria está pensando en crecer
“En otras épocas, la falta de capital se solucionaba con créditos subsidiados, y nosotros aportábamos a ese descuento o a que esas tasas fueran beneficiosas, pero ahora la pata financiera no está acompañando porque el gobierno claramente tiene otras prioridades”, lamentó Bertini.
Esas prioridades, claro está, son que el dólar no se le dispare más antes de las elecciones y revertir los números en rojo del mercado de títulos. Por eso mismo, esta semana llevó a cero las retenciones y las reimplantó sólo 48 horas después, una vez que juntó los 7.000 millones de dólares que necesitaba y luego de que Estados Unidos condicionara su ayuda a que se tomara esa decisión.
Según indicó el titular de la Cafma, los que más sufren “son los autopartistas que compiten con lo que se está importando de China”, pero que el malestar alcanza a toda la industria, porque incluso los productores que tenían créditos otorgados “no retiraron el dinero y prefirieron esperar”.
Ante este complejo diagnóstico, Bertini aseguró que las empresas están haciendo todo lo posible por mantenerse a flote y sostener el empleo de gente que costó capacitar, pero igual reconoció que hay una sangría en el personal. “No son despidos masivos sino por goteo, que se dan sobre todo en las firmas más chicas”, explicó el empresario.