En agosto pasado la molienda de soja en la Argentina –según datos oficiales– fue de 3,90 millones de toneladas, una cifra 20,8% superior a la registrada en el mismo mes de 2024.
La recuperación de la molienda vino de la mano de una mayor oferta interna de poroto, dado que la participación relativa de la soja importada fue del 10,0% versus 17,2% en agosto de 2024.
El mes pasado la Argentina importó 390.900 toneladas de poroto de soja, que provinieron casi en un 100% de Paraguay. En los cinco primeros meses del ciclo comercial 2024/25 la participación de la soja importada en la molienda argentina fue del 16,6% versus 19,4% en el mismo período del año pasado.
La capacidad de compra de soja por parte de la industria aceitera el mes pasado creció de la mano de la recuperación del precio internacional del aceite de soja y, en menor medida, de la harina.
La mejora en el nivel de competitividad de las fábricas oleaginosas argentinas se potenciará en el último trimestre del año gracias al régimen de suspensión temporaria de retenciones.
En julio pasado el nivel de actividad en el sector empezó a declinar luego de una “sequía comercial” provocada por la suba de los derechos de exportación agrícolas. Debido a ese suceso, el gobierno de Javier Milei se vio forzado a reintroducir en el mes de agosto la rebaja de retenciones vigente hasta fines de junio, lo que impulsó mayores ventas de poroto por parte de los productores, aunque en niveles más moderados que los registrados hasta junio pasado.
La Secretaría de Agricultura estima que la importación de poroto de soja en el ciclo comercial 2024/25 sería de 6,50 millones de toneladas versus 7,19 millones en 2023/24. Entre abril y agosto de este año se llevan compradas 3,15 millones de toneladas.
El ingreso de soja al mercado argentino se realiza en el marco del régimen de “importación temporaria de mercaderías destinadas a recibir perfeccionamiento industrial”, el cual –implementado por el decreto 1330/2004– facilita el ingreso de insumos con la obligación de que los mismos, una vez procesados en territorio argentino, sean exportados como harina, aceite y biodiésel para generar divisas.