Si bien la imposibilidad de exportar a China representa un problema para el sector oleaginoso estadounidense, la industria aceitera de esa nación está realizando grandes esfuerzos para “comerse” buena parte de un negocio liderado por Argentina y Brasil.
Para el ciclo 2025/26 el USDA proyecta que EE.UU. exportará 17,4 millones de toneladas de soja versus 16,4 millones embarcadas en 2024/25 y 14,5 millones comercializadas en 2023/24.
“En la última campaña EE.UU. ha registrado un mayor volumen de envíos de harina de soja a México y Colombia que en años anteriores. Los envíos estadounidenses a México aumentaron un 21% en comparación con el ciclo pasado, lo que refleja la creciente demanda en los sectores porcino y avícola”, señala un informe del USDA.
“Además, los envíos estadounidenses de harina de soja a Colombia aumentaron un 48% con respecto al promedio de los últimos cinco años”, añade. Vale remarcar que con ambos países EE.UU. tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC), lo que facilita el acceso a dichos mercados.
La cuestión es que, a partir de los acuerdos bilaterales promovidos por la gestión de Donald Trump a fuerza de amenazas arancelarias, el posicionamiento de la harina de soja estadounidense está consolidándose en mercados europeos y asiáticos habitualmente abastecidos por Brasil y la Argentina.
“EE.UU. también ha captado cuota de mercado en otros países y se prevé que acapare más del 20% del comercio mundial de harina de soja en las campañas 2024/25 y 2025/26, frente al promedio quinquenal anterior del 17 %”, proyecta el USDA.
El crecimiento de la oferta de harina de soja está sustentado en las políticas de promoción de biocombustibles, las cuales recientemente fueron complementadas con medidas que restringen la importación de materias primas para la fabricación de biodiésel en territorio de EE.UU.
Si bien esa política contribuye a sostener el valor internacional del aceite de soja, la agresiva colocación de excedentes de harina de soja en Europa y Asia provoca el efecto contrario en los precios FOB de ese producto, que en el caso de la Argentina es el que genera la mayor cantidad de divisas.