Marcelo Parada pertenece a la Asociación de Fomento Rural (AFR) de la localidad de Los Guañacos, ubicada al norte de la provincia de Neuquén, Integra el módulo Prolana como responsable técnico del trabajo de campo con productores. También es responsable de la comparsa de esquila de la localidad.
La localidad, de raíz productiva, no llega a los 300 habitantes y se mantiene activa en acciones que impulsan su economía. Marcelo es hijo de pequeños productores, que se dedicaron netamente al ganado bovino, por lo que al llegar en el año 2000 a Los Guañacos, debió aprender del rubro ovino en su totalidad.
“Llegué a trabajar a Los Guañacos sin conocer las ovejas” asegura. Convocado por el área de Producción de la provincia, debió acompañar técnicamente al sector.
“En los años 85 o 90 en adelante, en esta zona ya venían esquilando y habían comparsas que eran itinerantes, venían algunos esquiladores de otras localidades”, relata Marcelo.
“Cuando llegué a Guañacos a trabajar había una crisis importante en las lanas. No se vendía bien, los precios eran muy bajos; pero tenían que esquilar igual. Entonces intervine y me empecé a capacitar y a partir del año 2001 me entero, averiguando, que existía el programa Prolana, asi que desde ahí ya nos incluimos en el mismo”, recuerda.
Inicialmente, Parada tomó algunos cursos en El Cuy, provincia de Río Negro, y asegura que “ahí cambió todo”. “En primer lugar cambió que, al incluirnos ya en el programa, había un análisis, había una clasificación de lanas para defender precios y empezó a mejorar el precio, ya había otro futuro”, confía.
A partir de allí, “estuvimos varios años vendiendo las zafras a barracas zonales, generalmente en Zapala (localidad ubicada hacia el centro de la provincia)”, detalla. “En el 2009 ya se empezaron a hacer licitaciones de lana y ahí ya cambió todo. Ya supimos que se vendía en dólares, que había una forma de hacer una licitación por internet. Fue un cambio radical”, continúa.
La comparsa es una gran familia. Con el paso del tiempo, los vínculos entre formadores, esquiladores y acondicionadores se afianzan, y el cometido es lograr una comparsa en cada localidad ovinera.
“En esta zona se beneficia con la actividad a 200 pequeños productores y tratamos de formar comparsas en cada lugar como las que acompañamos en las localidades de Las Ovejas, Vilu Mallin, y Caepe Malal”, remarca.
Esta semana vuelve la dinámica de la esquila preparto, que se extenderá hasta el 5 de octubre, y el grupo trabaja por turnos. “Cuando largamos la esquila hacemos antes una reunión donde se acuerda el precio de la lata. Es una discusión importante a partir de la cual luego los productores toman los turnos”, detalla Marcelo.
“Normalmente una o dos veces al año se realizan cursos donde se capacita a acondicionadores. Normalmente se dictan todos los años porque la esquila como trabajo es temporal y hay esquiladores que trabajan en la comparsa un año por dos meses y al año siguiente encuentran un trabajo más estable y dejan, entonces por eso hay que ir capacitando a nuevos esquiladores y acondicionadores”, reconoce.
Marcelo se mantiene inquieto y siempre pensando “proyectos para los productores laneros”. Asegura que “las lanas estuvieron guardadas y que recién ahora empezó a moverse el mercado”.
“Mientras la lana se venda, los productores van a seguir teniendo ovejas y van a necesitar esquilarlas, así que el oficio sigue en pie”, remarca.
En cuanto a la tarea en sí, asegura que se trata de “un oficio que lleva mucho de poner el cuerpo; un acondicionador en promedio alrededor de la mesa en el día de trabajo camina más o menos 30 kilómetros. El esquilador se agacha también dos horas y un cuarto por oveja. Los playeros corren, levantan vellones, pagan la lata o barren. Los prenseros que son los que hacen el fardo, también tienen sus exigencias y suelen estar trabajando hasta las diez, once de la noche; es un trabajo pesado”, detalla.
Dada esa exigencia, cuenta que existen ejercicios físicos previos a realizar una jornada de trabajo. Parada para dar “gracias a Dios que es un trabajo muy importante”, dice. Y asegura que “es una unidad económica muy rentable, alrededor de la cual hay un sistema económico que es importante”.