El Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (ERS-USDA) redujo la proyección de ingresos de las empresas agropecuarias estadounidenses para 2025 con respecto a la estimación inicial realizada en febrero pasado.
El ingreso neto del sector agropecuario de EE.UU. en 2025, según estimó ERS, sería de 179.800 millones de dólares, una cifra nominal 7,1% menor a los 193.700 millones estimados a comienzos de este año.
De todas maneras, se trata de una cifra nominal 40,7% superior con respecto a la registrada en 2024, la cual, si es ajustada por inflación, arroja un crecimiento real interanual del 37,2%.
Los ingresos totales netos del agro estadounidense estimados por ERS contemplan los ingresos generados por las actividades agropecuarias y las ayudas estatales menos los costos de producción. No considera las amortizaciones.
El cálculo del ERS prevé que los ingresos por la venta de productos agrícolas disminuyan en 6100 millones de dólares (-2,5%) en términos nominales respecto de 2024 a causa de menores precios en soja, maíz y trigo.
Por el contrario, se proyecta que los ingresos totales por productos animales aumenten en 30.000 millones de dólares (+11,2 %) para alcanzar los 298.600 millones en 2025, los cuales serían liderados por los sectores bovino y avícola y, en menor medida, por el porcino.
El dato clave es que el informe prevé que los subsidios del gobierno a los productores aumenten en 40.500 millones de dólares, lo que representa una suba de 30.400 millones con respecto al total de 10.100 millones del año 2024 (+300%).
“Este aumento general refleja mayores pagos anticipados de asistencia suplementaria y ad hoc para desastres, principalmente de los fondos autorizados en la Ley de Asignaciones Suplementarias para el Alivio de Desastres de 2025, incluida en la Ley de Ayuda Estadounidense de 2025”, señala el documento del ERS-USDA.
Está claro que la administración de Donald Trump contempla destinar –tal como lo hizo en su primer mandato– una cantidad colosal de ayudas al agro estadounidense para protegerlo de eventuales represalias comerciales promovidas por sus políticas exteriores disruptivas.
Vale aclarar que los subsidios directos de 40.500 millones de dólares no contemplan los subsidios aplicados a los seguros agrícolas, así como tampoco los préstamos con tasas subsidiadas ofrecidos a las empresas agropecuarias de EE.UU.
Si bien el negocio agrícola en sí mismo tiene márgenes nulos o negativos en EE.UU., gracias a los subsidios agrícolas directos pueden preservar su capital de trabajo para reiniciar el ciclo productivo.