Para el ganadero correntino y dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Martín Rapetti, la desinversión en los campos ganaderos extrapampeanos es un factor crónico que deberá tenerse en cuenta. Señala que existen variadas tecnologías de manejo pastoril para poder aspirar a manejar una mayor carga y flujo de animales, pero que las altas tasas para invertir no mueven a ninguno a jugársela más. Por lo menos en su zona y hablando siempre de productores medianos a chicos.
“Primero perdimos más de 10 millones de cabezas, luego aumentamos la población, abrimos los mercados y ahora estamos a tope de faena de vacas. Y con la peste porcina en China habrá que ver qué pasa. Ojo que a Paraguay ya le pasó que exportó más de lo que debía y bajó como 3 millones su stock” de bovinos, advirtió el dirigente de CRA, algo remiso a subirse a la ola exitista que se apoderó de la ganadería local a partir de la fuerte recuperación de las exportaciones.
Para el ganadero, si no cambian las políticas se avecina un callejón sin salida. “Cuando queramos hacer novillos no vamos a tener pasto. Y hay miles de tecnologías: reservas forrajeras, siembras con avión sobre arroz. ¿Pero con altas tasas de créditos, quién va a invertir en eso?. Y después le terminamos echando la culpa a la sequía o inundación”, se lamentó Rapetti en Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa con el ganadero del litoral:
Rapetti asume las críticas en carne propia. “Yo sé que estoy haciendo mal las cosas y tenemos malas tasas de marcación -o destete-, pero los números para invertir no cierran. O producís con eficiencia y tecnología y perdés plata, o hacés la plancha para ganar lo justo. Hoy estamos así”, declaró.
El ganadero concuerda que hace mucha falta un plan de producción ganadera -y de producción de pasto, fundamentalmente- en las zonas marginales que han sido corridas por la agricultura. “A nosotros nos corrieron de Entre Ríos y acá tener el campo muy cargado de animales resulta hoy un peligro”, explicó.
Tengo 44 años y desde que tengo uso de razón este país nunca tuvo una política agronómica pensada a largo plazo para que los productores puedan planificar al menos a 10 años, cambia la economía del gobierno de turno y hacemos lo que podemos para vivir y no tener que mal vender lo poco que logramos.
Siempre ganan los intereses económicos y perdemos el mejor recurso que tenemos, la tierra y la gente de trabajo, espero poder ver algún día un ordenamiento hecho a conciencia para poder conservar lo que nos queda