Cambiaron algunas condiciones para el negocio del engorde a corral, pero al menos por ahora sigue habiendo rentabilidad en el negocio, si no se contempla el peso cada vez mayor de las tasas de interés, que son bien altas.
Los números de la Cámara de Feedlot indican que, en función de los valores de compra-venta y con los costos actuales del maíz, hay una ganancia de 6.000 pesos por animal. Es un resultado ínfimo en función del costo de un novillito de 350 kilos, que termina valiendo 1,2 millones de pesos.
Si a eso se le carga el costo financiero, es decir, la inmovilización de ese dinero durante los meses de engorde, aparecen pérdidas que suman cerca de 50.000 pesos por cabezas. Si la tasa es del 40% anual, para los cuatro meses de engorde se puede estimar en todo al 12%.
Hay que tener en cuenta que ninguna empresa financia al 100% su operatoria sino solo de forma parcial, por lo que la pérdida efectiva sería mucho menor.
El otro factor que pesa sobre los feedlots es el precio del alimento, que por la baja de retenciones de 12% a 9,5% y la devaluación se encareció. El maíz disponible se paga más de 230.000 pesos la tonelada.
Eso encareció el 10% el costo del kilo producido, pero todavía hay renta en el incremento de pesos de la hacienda ya que el valor de venta es de 3.300/3.500 pesos menos gastos.
La película para los feedloteros es por ahora buena. Este año compraron la invernada en 3.000/3.200 pesos más gastos (del 10% aproximado), produjeron con un costo estimados de 2.200 pesos por kilo y venden la hacienda para la faena en 3.500 pesos (menos gastos).
“A pesar de esto el negocio fluye, hay demanda firme de la exportación y la venta de carne en el mercado interno es buena”, dijo el feedlotero Juan Eiras.
Es decir, gastaron 650.000/700.000 pesos en la compra (gastos incluidos), otros 250.000/270.000 pesos en el engorde y están comercializando la hacienda a más de 1 millón de pesos por cabeza.
La situación en este segundo semestre no es tan buena por los cambios antes mencionados en las tasas y costos alimenticios, y porque las perspectivas en la segunda parte del año es que se afirme la invernada y que ante la mayor oferta de ganado para la faena tienda a estancarse el precio, o que en el mejor de los casos copie a la inflación.
Los terneros para el engorde están muy buscados, sobre todo los más pesados, que no requieren de recría o que sirven para hacer en menos tiempo novillos para el supermercadismo, pero sobre todo para la exportación a la que le falta mercadería.
Los consignatarios creen que el mercado seguirá demandado, pero pocos esperan saltos importantes de precios ya que se alcanzaron valores ya muy elevados y las mejoras dependerán entonces mucho de lo que pueda pagar el consumo de carne.
Los criadores están entrando en el último tramo de un año excepcional luego de tres con serias dificultades. Vendieron muy bien los terneros y ahora también las vacas cuya carne termina en China. En toda la cadena ganadera este año hubo renta y buenos negocios.