Hace diez días, la Cámara de Diputados votó por amplía mayoría el rechazo del Decreto 461/2025, que le quitaba la autarquía y degradaba institucionalmente al INTA y otros organismos dependientes de la Secretaría de Agricultura y la de Industria. Este jueves que viene, el Senado podría convertir en ley ese primer rechazo legislativo, dando automáticamente marcha atrás la decisión del Poder Ejecutivo.
Pese a la posibilidad concreta de dicho escenario, el presidente Javier Milei -en un abierto desafío al Congreso- está avanzando en una estrategia de hechos consumados, y en las próximas horas se apurará a establecer -con un nuevo mega decreto al cual accedió Bichos de Campo– una nueva estructura organizativa para el Instituto de tecnología agropecuaria, del cual ya excluyó de la conducción a las organizaciones rurales para concentrar todo el poder en un úncio funcionario.
“Apruébase la estructura organizativa de primer nivel operativo del INTA, organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura, de conformidad con el Organigrama y la Responsabilidad Primaria y Acciones” contenidos en diferentes anexos que deberían ser publicados el lunes en el Boletín Oficial. Eso es lo que establece el artículo 22 del nuevo decreto que el presidente Milei firmó el jueves 14, y que abarca múltiples decisiones también vinculadas a otros organismos que han perdido su autarquía en las últimas semanas.
Este es el borrador del decreto al que accedimos:
DECRE-2025-89688556-APN-PTE
La normativa, que desconoce por completo la votación negativa en Diputados y la probable derrota de la posición oficial también en la Cámara de Senadores, donde se votaría el próximo jueves, también aprueba una nueva estructura organizativa de segundo nivel operativo para la Dirección nacional del INTA, Los Centros regionales y los Institutos de Investigación dependientes de ese Instituto, al cual el Ejecutivo ha quitado todo rasgo participativo para generar una estructura vertical dependiente de Nicolás Bronzovich, el productor ligado a Aapresid que actúa como presidente.
“Mantiénese la vigencia de las unidades organizativas de nivel inferior al primer nivel operativo del INTA, aprobadas por la Resolución del INTA 513 del 22 de mayo de 2019 y sus modificatorias, con excepción de las que se detallan en la Planilla Anexa al presente artículo, que forma parte integrante del presente decreto”, define el artículo 23 del nuevo decreto presidencial, el último dedicado al Instituto.
Esta es esa planilla anexa:
IF-2025-89107051-APN-SLYA%MEC
Más allá de los detalles, hay que hacer una lectura política del nuevo decreto, que se suma a otra que Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, dictaron la semana pasada disponiendo la eliminación de la figura del director nacional del INTA, un cargo ejecutivo que ocupa históricamente un investigador del riñón del organismo tecnológico elegido por concurso. Ese puesto está actualmente cubierto por Ariel Pereda, que todavía no ha presentado su renuncia y se ha mostrado abiertamente opositor a los cambios que se promueven desde el Ejecutivo, en abierto desafío a Bronzovich.
Lo cierto es que esta estrategia de forzar los cambios pro decreto choca de bruces con el rechazo legislativo a esta reforma en diversos organismos autárquicos del Estado Nacional que como el INTA enfrentan la misma suerte: una subordinación total al Ministerio de Economía y sus políticas de ajuste. En el caso del organismo agropecuario, que tiene unos 6.000 agentes en todo el país, el palacio de Hacienda pretende reducir la plantilla en unas 1.500 personas, además de poner a la venta miles de hectáreas de los campos experimentales.
El escenario, en caso de que el Senado ratifique la votación de Diputados y rechace el primer DNU impulsado por el ministro Federico Sturzenegger, será de franca colisión, y obligará a las entidades de la mesa de Enlace, que han estado coqueteando hasta aquí con el gobierno de Milei, a definir su posición respecto del INTA. Es que si el Congreso vota en contra del DNU 461, éste será inválido y entonces en el INTA deberán reestablecerse los mandos naturales, definidos por ley, es decir que debería volver a reunirse y gobernar el Consejo Directivo conformado por tres representantes del Poder Ejecutivo (incluyendo a Bronzovich), dos de las universidades nacionales, y cinco de entidades agropecuarias).
En los hechos concretos, más allá de sumisión completa de aquella estructura de gobernanza colectiva al poder político de turno, el nuevo decreto de Milei confirmaría con la nueva estructura varias podas de importancia en el INTA, como la eliminación por decreto de todos los Institutos dedicados a la problemática de la Agricultura Familiar y todas las Agencias de Extensión de la regional AMBA, además de todas las estructuras administrativas de nivel nacional, que eran cubiertas por técnicos elegidos por concurso.
Ah, el “periodismo con amplia trayectoria”… esa rara habilidad de disfrazar opinión como si fuera información objetiva. Ahora resulta que el “abierto desafío al Congreso” es una afrenta a la democracia, pero el Congreso aprobando leyes que van a contrapelo del plan económico votado por la gente… eso no es desafío, eso es “control republicano”. Claro.
Si el votante argentino hubiera querido un presidente tibio, maleable y con miedo a desentonar con el establishment político-mediático, hoy estaría Larreta en la Rosada sonriendo para la foto. Pero no: votaron a Milei, y lo votaron sabiendo perfectamente que su plataforma incluía cerrar organismos y reducir drásticamente el Estado. Ni “optimizar”, ni “reformar”, ni “modernizar”: cerrar. Blanco sobre negro.
Que una parte importante de la sociedad vea a ciertos organismos como inservibles o incluso cómplices de la decadencia no entra en la ecuación de este periodismo de salón. Es más cómodo montar el drama: el INTA como víctima indefensa, el Ejecutivo como villano “sacado”, y la audiencia como espectadora de una telenovela donde los buenos y malos ya vienen designados de fábrica.
En fin… algunos llevan tanto tiempo instalados en la silla de “la prensa seria” que ya ni se dan cuenta de que su libreto no es noticia: es militancia con pretensiones de objetividad.
No tenes ni idea hermano, votaron a Miley porque estaban podridos. Pensaron que los iba a salvar, y solo va a salvar a los suyos. Vos veías muertos en las calles durante gobiernos peronistas yo no, y no hacía falta verlos para saber que había pobreza. No somos giles. Tampoco nos creemos que hay menos pobres que en Alemania. Estos no vinieron a salvar a nadie vinieron a hacer negocios.
Ah, el “votante que sabía perfectamente lo que hacía”… esa rara habilidad de disfrazar un cheque en blanco como si fuera un mandato divino. Papita pa’l loro del delirante mesiánico.
La lógica es fascinante: si el Ejecutivo actúa, es la “voluntad popular inmaculada”. Si el Congreso, compuesto por representantes también votados, debate, modifica o rechaza, es un “desafío” del “establishment”. Parece que la República y su molesta división de poderes solo son válidas cuando no interfieren con el plan.
Confundir una victoria electoral —incluso una contundente— con una carta blanca para gobernar por decreto es, justamente, lo que el “periodismo con trayectoria” tiene la obligación de señalar. No es “militancia”, es describir la diferencia fundamental entre una democracia republicana y una monarquía electiva.
Y culpar a la prensa por mostrar el desguace de organismos técnicos como el INTA como un “drama” es como culpar al sismógrafo por medir un terremoto. Algunos llevan tanto tiempo instalados en la silla de “la nueva política” que ya ni se dan cuenta de que su libreto no es pragmatismo: es un manual de autoritarismo con pretensiones de gesta popular.
Entiendo que decisiones como esta generan resistencia y que los despidos —más aún en organismos históricos— pueden ser duros y, en algunos casos, injustos. Pero también es innegable que se está enfrentando a estructuras y relaciones enquistadas hace 50 años, muchas veces más preocupadas por perpetuarse que por cumplir su función original.
No creo en cheques en blanco a ningún gobierno, pero tampoco en la idea de que todo cambio profundo es “autoritarismo” por defecto. Milei fue claro en su campaña: achicar el Estado y cerrar organismos que se consideran prescindibles. No es sorpresa, es cumplir el mandato que recibió.
Y recordemos que otros presidentes sí incumplieron abiertamente sus promesas de campaña: Alberto Fernández dijo que iba a aumentar las jubilaciones y terminó impulsando una ley que las licuó aún más; Macri prometió un Estado más eficiente y terminó casi triplicando la cantidad de ministerios.
Mientras tanto, muchos de los legisladores que hoy se indignan y defienden “la República” aprobaron en 2012 la expropiación de YPF impulsada por el kirchnerismo, con advertencias claras de que sería un desastre. El resultado: un juicio perdido por 18.000 millones de dólares que pagaremos todos. Y no he visto a ninguno renunciar, pedir disculpas ni repudiar públicamente al gobernador Kicillof, principal responsable político de esa decisión.
Si vamos a criticar, hagámoslo con memoria completa y la misma vara para todos los gobiernos, no solo para el que no nos gusta.
Y pensé que con 58 años había visto bastante, pero siempre hay un pelotudo asintomático como vos diciendo pelotudeces y justificando lo injustificable. Milei es un ladrón igual que sus “ministros” que vinieron a hacer lo que están haciendo…SI, TENES RAZON, PERO SON UNOS LADRONES QUE HISTORICAMENTE CAGARON A LOS QUE MENOS TIENEN EN BENEFICIO DE MUY POCOS. ME ENCANTA ESTE TIPO DE GOBIERNOS POR DOS COSAS: UNA, POR QUE ESTA GARANTIZADO QUE EL PERONISMO VUELVA Y SEGUNDO, PARA DIVERTIRME CON BOBOS COMO VOS.
Tu generación tuvo décadas para demostrar que podía cambiar el país… y fracasó. Cuando apareció Cambiemos, prometió eficiencia y terminó imitando al kirchnerismo pero con buenos modales, gritando a los cuatro vientos que eran diferentes. Al final, les ganó “la marca original”.
Criticar a este gobierno sin reconocer esa historia es como quejarse del tráfico mientras estacionas en doble fila… o indignarte por la corrupción mientras votas que los cargos municipales sean hereditario