De acuerdo con la información suministrada por la Asociación de Productores Exportadores (APEA), los importadores estadounidenses están pagando 11.000 dólares por la tonelada de carne que se exporta dentro de la cuota de 20.000 toneladas que tiene asignada la Argentina y por la que se paga 10% de aranceles.
Los precios son mucho más altos que los que hubo en los años previos. Por caso, en agosto del año pasado el valor promedio de lo exportado por Argentina era de 5.000 dólares y en 2023 de 4.000 dólares la tonelada.
Esta mejora en los precios tiene que ver con diferentes cuestiones.
Por un lado, hay un cambio en la composición de la carne que se vende al país del norte. Hasta el año pasado esa cuota se completaba báasicamente con cortes para industria, es decir cortes de bajo valor con los que se fabricaban hamburguesas. Este año la cuota se comenzó a completar con cortes de mayor valor y eso obligó a los importadores norteamericanos a pagar más.
“Estos valores reflejan un mejor aprovechamiento de la cuota”, evaluó Fernando Herrera, presidente de APEA, quien agregó que también “esto tiene que ver con la incertidumbre que tienen los importadores respecto de la aplicación de aranceles, lo que frenó el mercado de la carne para manufactura”.
Otro factor que favorece la suba del precio de la carne que se manda a ese país tiene que ver con las políticas del presidente Donald Trump, quien anunció aranceles de 50% para la carne de Brasil, que es uno de sus grandes proveedores y que en sólo los primeros días de este año cubrió la cuota llamada “Otros Países”, que es de 60.000 toneladas.
El mercado está revuelto, falta clarificar cómo van a quedar los aranceles aplicados por Trump. Si se aplica ese adicional de 50% a los que ya rigen, el nuevo esquema dejaría a Brasil fuera de ese mercado y obligaría a redireccionar esa carne hacia otros destinos como China.
“Para Argentina se ganaría por un lado. pero se perdería por el otro”, dijo Herrera.
Cabe destacar, por otro lado, que Estados Unidos atraviesa una crisis ganadera que implica una caída importante de su stock bovino, que es el más bajo en décadas. Según datos del USDA relevados por Ignacio Iriarte, el rodeo ganadero de ese país al 1 de julio fue de 95 millones de cabezas, cuando en el año 2000 había 115 millones de vacunos. Esto significa una caída de 17% y el equivalente al 40% del rodeo argentino.
Esta crisis productiva deriva en menos oferta y más necesidades de importaciones de carne vacuna de diferentes orígenes. Por eso hay expectativas de parte del sector privado local de que cuando Argentina logre el acuerdo comercial con el gobierno norteamericano se anuncie una ampliación del cupo vigente (las mencionadas 20.000 toneladas) o se implementa uno nuevo con tinte religioso. Los empresarios locales pidieron que la nueva cuota arancelaria sea de 60.000 toneladas.
Además de estos factores juega a favor de las ventas a ese destino la mejora cambiaria local de las últimas semanas, que es la principal causa de la suba que tuvo el valor del novillo. Esa categoría ahora ronda los 5.500 a 5.600 pesos el kilo de carne en gancho, lo que indica una suba de 10% respecto de unas pocas semanas atrás. Aunque en dólares su valor se redujo, mejoró la competitividad de los exportadores de carne vacuna.