La Liga Bioenergética está formada por nueve provincias, entre las cuales están las que producen bioetanol a base de azúcar, las que lo hacen a partir de maíz, y las que surten al mercado de biodiésel hecho a partir de aceite de soja. Todas ellas son agropecuarias, bien verdes. Pero el futuro del negocio de los combustibles renovables está involucionando desde hace varios años en la Argentina, y corren serio riesgo no solo la llegada de nuevas inversiones sino también las fábricas que ya están funcionando hace varios años. Es otro ejemplo palpable de que mientras el mundo va para allá, en la Argentina vamos hacia el otro lado.
Luego de una primer ley sancionada en 2006, que inauguró una nueva industria en el país, la que debía proveer de biocombustibles a las petroleras para el corte obligatorio de sus combustibles fósiles, en 2021 se discutió y aprobó una nueva legislación que tenía el sello retardatario de la petrolera YPF y su su socio político, el entonces diputado de La Cámpora Máximo Kirchner. No se sabe quién tenía más poder, pero lo cierto es a partir de allí la avanzada bio fue para atrás, e incluso se recortó la cantidad de biodiésel que debía usarse para rebajar el gasoil, de 7,5% a 5%. En la nafta, el porcentaje de bioetanol se mantuvo en 12% (6% para el de caña de azúcar y 6% para el maíz), pero lejos quedó el sueño de incrementar el corte. Argentina se fue quedando atrás respecto de otros países, que ya utilizan un 30% de renovables.
Este martes por la mañana, en un hotel de Tucumán, la Liga Bioenergética hizo una demostración de fuerza para desandar ese camino de torpezas, y desafiar al gobierno de Javier Milei si fuese necesario juntando sus votos en el Congreso. ¿Por qué razón? Porque a pesar de ser de signo diferente a la de la anterior gestión peronista, que congeló la política de incorporación de bio en la matriz energética, esta gestión libertaria no parece querer torcer ni una coma de aquel derrotero paralizante.
De hecho, desde hace un año y medio que la Liga espera que en el Congreso se trate un nuevo proyecto de ley acordado por todos (gobiernos provinciales y actores privados) que permita al país salir de este marasmo. El único que no puso el gancho en esa iniciativa para actualizar el marco regulatorio de los biocombustibles, incluso promoviendo una mayor competencia, fue el gobierno de Milei. Y se sabe que en estos tiempos tumultuosos de la Argentina pocas leyes avanzan si no son pedidas por el Poder Ejecutivo.
Los gobernadores de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos (la denominada Región Centro, que integra esta Liga) ya había hecho el pertinente posicionamiento a favor de esa nueva ley de Biocombustibles. Y este vez en Tucumán fue el turno de los mandatarios de esta provincia, Osvaldo Jaldo; el de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Jujuy, Carlos Sadir. Se presentaron ante la comunidad productora de bioetanol como “el triángulo azucarero” argentino y no les faltó la razón: En el NOA se concentran los ingenios que muelen millones de toneladas de caña para obtener azúcar, pero también alcohol, la base del bioetanol.
Jaldo, el dueño de casa, fue el más cuidadoso con las definiciones. No llamó a la guerra sino a la concordia o mejor dicho al diálogo: “A través del dialogo podemos encontrar puntos en común aun teniendo diferencias, personales o políticas. No es casualidad que haya acá tres gobernadores a los que se los ha calificado como dialoguistas, a pesar de que el Presidente no es de nuestro signo partidario. Siempre hemos priorizado el diálogo con el gobierno nacional para ayudar y colaborar a que a la Argentina le vaya bien, porque en esa argentina vivimos todos”.
Por cierto, Tucumán, Salta y Jujuy varias veces, en votaciones claves para el gobierno central, pusieron sus legisladores en línea con los intereses de los libertarios. Pero Jalde remarcó que ellos no sienten el mismo acompañamiento de parte de las autoridades nacionales a la hora de impulsar iniciativas que permitan el desarrollo de economías regionales como la azucarera, donde la producción de biocombustibles es muy necesaria para canalizar los excedentes de producción, para que no bajen los precios y se perjudiquen los productores cañeros.
Por eso el gobernador tucumano, sin cortar lanzas ni mucho menos, enfatizó que las tres provincias azucareras “vamos a poner todo el empeño y el esfuerzo, y ahora veo diputados y senadores a los que les pido que hagamos lo mismo en el recinto, para que el bioteanol no solo se consolide en la Argentina sino que pueda crecer”
Sus pares de Jujuy y de Salta abonaron la idea de que las provincias de la Liga Bioenergética no pueden esperar que sus intereses sean exactamente los mismos que los de Milei para impulsar de nuevo a este industria, incrementando los niveles de corte. De hecho, el gobernador Sadir recordó que la primera versión de la Ley Bases, allá a principios de 2024, tenía una fórmula que claramente favorecía a las petroleras y perjudicaba al sector agroindustrial. “Aquello fue motivo de discusión para todos nosotros y hubo una férrrea defensa de los gobernadores y de los productores. entendimos que era algo que no servía y perjudicaba al sector”, rememoró.
El salteño Sáenz, a su turno, fue el de tonos más duros, que incorporaron a la discusión la necesidad de un federalismo bien entendido y el reclamo por obras pendientes de infraestructura en la región norte.
“Hemos logrado consensuar una ley con Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Salta, Jujuy y Tucumán. ¿Por qué vamos a permitir que alguien que no conoce lo que es una caña de azúcar, o un grupo de diputados iluminados que no conocen nuestras provincias y realidades, decida hacer una ley que nos perjudica. Eso ha sucedido y sucede desde que nació la patria, lamentablemente”, clamó el salteño, que cerró su discurso en tono vehemente y en clara alusión a Milei: “Hasta aquí te acompañamos, pero no me toques a los tucumanos, a os jujeños a los salteños. No me toques. Ahí no hay dirigencia nacional ni partido político que pueda alejarnos”.
Luego de la bravuconada, por supuesto, llegó el momento de distensión, y se estiró una mano negociadora. Pero al subsecretario de Combustibles Líquidos y Gaseosos de la Nación, Federico Veller, el único enviado federal a esta reunión, ya le había quedado claro el mensaje, que varios secretarios energéticos de las provincias que conforman la Liga se ocuparon de reforzar: se mantendrán un tiempo más las negociaciones con el gobierno de Milei, buscando cerrar algunos temas de debate que siguen abiertos. Pero si esto no prospera, en el corto plazo las provincias contarán sus porotos en el Congreso para avanzar con la ley de todos modos.
“Estoy aquí para dialogar, para escuchar y para construir”, fue la respuesta de Veller a todos los planteos que escuchó en Tucumán. Quedó claro que no podía decir demasiado más, y que solo le restaría trasladar el mensaje de los gobernadores del NOA azucarero a sus instancias superiores, con la secreta ilusión de que lleguen estos planteos a los oídos del mismísimo Milei.
“Necesitamos políticas que nos permiten pensar en grande”, agregó el funcionario nacional, sin aclarar si esas grandes políticas serán finalmente de color verde.