El presidente Donald Trump sigue empecinado en incrementar la turbulencia presente en el mercado de productos agroindustriales al imponer aranceles extraordinarios a los principales socios comerciales de EE.UU.
Este sábado Trump anunció en redes sociales que a partir del próximo 1 de agosto EE.UU. aplicará un arancel adicional del 30% a la Unión Europea (UE-27) ante la falta de avances en las negociaciones bilaterales.
“Un arancel del 30% a las exportaciones de la UE perjudicaría a empresas, consumidores y pacientes de ambas orillas del Atlántico. Seguiremos trabajando para alcanzar un acuerdo antes del 1 de agosto. Al mismo tiempo, estamos dispuestos a salvaguardar los intereses de la UE mediante contramedidas proporcionadas”, anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al conocer la noticia.
La UE-27 es actualmente el segundo comprador de bioetanol estadounidense y el quinto en importancia en lo que respecta a maíz, además de ser un gran importador de harina de soja de ese origen.
El anunció se suma a la aplicación de aranceles del 25% para Japón y Corea, dos naciones que son grandes compradoras de maíz y burlanda de maíz estadounidenses, además de importar carne porcina de ese origen (que es una manera indirecta de importar maíz y harina de soja con valor agregado).
También quedaron comprendidos en las medidas de Trump Filipinas con un arancel adicional del 20% –país que es un comprador estratégico de harina de soja estadounidense–, así como Indonesia (que tendrá un arancel del 32%), Bangladesh (33%), Tailandia y Camboya (36%), entre otros.
La única nación de la región con la que llegó a un acuerdo es Vietnam, que se comprometió a comprar más maíz y harina de soja de EE.UU. para así reducir el déficit comercial que mantiene con esa nación.
En tal escenario, los administradores de fondos agrícolas que operan en el CME Group (“Chicago”) están liquidando posiciones en soja y siguen “vendidos” (bajistas) en maíz.