El presidente de los Estados Unidos Donald Trump anunció que aplicará aranceles de 50% a los productos que ese país importa desde Brasil. Según argumentó, la medida se debe al trato que está recibiendo el expresidente Jair Bolsonaro, lo que calificó como una “caza de brujas”.
La cuestión es que con estos nuevos aranceles, que comenzarían a regir el 1 de agosto, el mercado estadounidense se vuelve inviable para los frigoríficos brasileños, lo que obligará a una reconfiguración del comercio mundial de carne vacuna.
Esas empresas pagan 10% por lo que venden dentro del cupo llamado “otros países” que es por 65.000 toneladas y que Brasil agotó en los primeros días de enero. Luego siguió vendiéndole carne, pero por fuera de esa cuota y pagando 26,4% de arancel lo que se elevará ahora a 76,4%.
Entre enero y junio Brasil exportó por 1,3 millón de toneladas de carne vacuna, de las cuales 180.000 fueron a Estados Unidos, lo que representó el 18% de sus embarques, según datos oficiales. Ese volumen significó, a su vez, el 12% de las importaciones estadounidenses.
Si finalmente la medida anunciada por Trump se pone en marcha, Brasil deberá redireccionar esas 180.000 toneladas a otros destinos. El primer lugar al que apuntará es hacia China, la gran aspiradora global. Pero también podría colocar el productor en Medio Oriente, Norte de África, Chile o Israel.
Si eso pasa, Argentina y Uruguay, perderían participación en algunos de esos destinos, sobre todo en China, pero ganarían espacio en el mercado de los Estados Unidos, que tiene un déficit creciente de carne vacuna y cuyo consumidor está pagando precios cada vez más altos debido a las restricciones a las importaciones de parte de su presidente.
El mercado de los Estados Unidos tiene necesidades crecientes de importación de este alimento y eso se refleja en los volúmenes que compra y en los precios que paga.
Argentina le exportó este año 16.000 toneladas, 32% más que el año pasado, a un valor promedio de 7.000 dólares, es decir, 30% mayor al del año pasado que ya había pegado un salto importante respecto de 2023. Para Argentina ese destino representa el 6,5% del total de ventas, la décima parte de lo que representa China.
Además, hay que tener en cuenta que gracias a la alineación del presidente Javier Milei con la política de Trump, se está negociando una ampliación de la cuota que tiene el país de 20.000 toneladas y se espera que en las próximas semanas haya novedades positivas sobre esto. Los frigoríficos exportadores argentinos se ilusionan con ambas medidas que les permitirían incrementar sus negocios.
En el caso de Uruguay sucede lo contrario. Estados Unidos se convirtió -a fuerza de mejores precios- en su principal destino. Allí lleva vendidas 100.000 toneladas por un precio unitario de 5.300 dólares, y a China 88.000 por 4.800 dólares la unidad.