Lo que no pudo lograr la Argentina, Uruguay lo hizo posible y marcó un hito al concretar un embarque de harina de soja al estratégico mercado de China.
La nación asiática prioriza la importación de poroto de soja para procesarla en su territorio y así asegurarse la generación de empleo. Por ese motivo, la habilitación de la posibilidad de exportar harina de soja a ese mercado es una “figurita” por demás difícil.
En mayo pasado el gobierno uruguayo, en el marco de una misión oficial en Pekín, logró cerrar la negociación con las autoridades chinas de un protocolo para exportar harina de soja y de colza.
Esta semana el “line up” de la agencia marítima Nabsa refleja un embarque de 25.000 toneladas de harina de soja desde la plataforma portuaria de TGM con destino a China, lo que representa un gran logro comercial para la nación oriental.
En 2019, durante la presidencia de Mauricio Macri, Argentina realizó gestiones para poder comenzar a exportar harina de soja a China e incluso una delegación de la nación asiática visitó fábricas oleaginosas para interiorizarse del proceso de elaboración de producto.
Sin embargo, el negocio no prosperó y la Argentina –al igual que Brasil– siguió desde entonces exportando poroto de soja para ser procesado en territorio chino.
Brasil también viene negociando con China la posibilidad de exportar harina de soja a ese mercado, pero los asiáticos no parece proclives a aceptar el pedido.
En cambio, este año el gobierno brasileño logró la aprobación del ingresos de harina de maní y burlanda seca de maíz; este último es un derivado de la fabricación de bioteanol.