Haciendo entrevistas en Todo Láctea 2025, en Esperanza, para tratar de ver las tecnologías que definirán la actividad lechera en el presente y futuro, Bichos de Campo tropezó con Javier Alesso, quien estaba al frente de un pequeños stand que anunciaba justamente “FutureCow” (la vaca del futuro). Lógicamente nos paremos de inmediato a preguntar de qué se trataba.
Radicado en Esperanza, Javier contó que es representante en el país de una empresa que desarrolló un limpiador automático de pezones para las vacas lecheras. Se trata de un procedimiento obligatorio en cualquier tambo, cualquiera sea su tamaño o sus instalaciones: los pezones de las vacas deben “prepararse” previo a cada turno de ordeñe, especialmente para desinfectarlos, para evitar que algunos patógenos puedan trasladarse hacia el fluido.
Mirá la entrevista:
“Hay bacterias y virus que pueden pasar a la leche que se va después a pasteurizar. La idea de este procedimiento es que baje esa carga. Siempre tenés mejor calidad de leche cuando se preparan los pezones con desinfectante”, indicó Alesso, que se mostró profundo conocedor del negocio y la cultura lechera.
Ahora bien, esa tarea rutinaria (al menos dos veces por día, a cuatro pezones por vaca, por la cantidad de vacas que haya en cada tambo), ocupa un gran rato de tiempo por parte del tambero, que va colocando una copita con el desinfectante bajo cada uno de los pezones, y así cientos de veces..
-¿Cómo se hace ahora?
-Y bueno, hasta ahora se hace con predipping, aplicando un desinfectante y secando con papel. Es un antibacteriano que se aplica a cada pezón. Se espera que pase un tiempo de 40 a 50 segundos y se saca después con un papel. Son cientos de vacas o miles.
El invento de FutureCow, según nos mostró Javier, “hace todo en un solo paso, porque lava desinfecta, seca y estimula la bajada de la leche de la vaca”. El aparato manipulable por el operador tiene cepillos que se activan con un gatillo. Mientras esos cepillos giran en torno a cada pezón, el mismo aparato va aplicando el desinfectante. Cuando se suelta el gatillo, los cepillos siguen girando ya sin el líquido, produciendo el secado en un único paso.
El desarrollo es importado y desde Esperanza Javier lo distribuye en todo el país. “Estamos en toda la zona lechera del país desde Tandil hasta el norte de Córdoba, La Pampa hasta Gualeguaychú, Entre Ríos”. Alesso afirmó que “el grado de aceptación es muy grande”. Calcula que son cercas de 90 mil vacas las que se ordeñan con este sistema, lo cual no es poco en un rodeo de 1,4 millones.
-¿Esto para la vaca es mejor también o solo mejora la calidad de la leche y nada más?
-Tiene varios puntos. Es mucho más fácil para el operario y al mejorar la calidad de leche que se entrega a industria siempre se tiene un mejor precio de la leche, entonces también tiene un beneficio económico.