En muy pocos días el gobierno de Brasil confirmó un nuevo foco del virus H5N1 y también sus peores sospechas. A pesar de las medidas preventivas, que se han profundizado, no está claro si el principal exportador de carne de pollo del mundo tiene bajo control esta crisis provocada por la aparición de la Influenza Aviar, y ya se ven los efectos sobre sus mercados.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil informó que la gripe aviar causó la muerte de cisnes y patos en el Parque Zoológico de Sapucaia do Sul, el más grande del estado de Rio Grande do Sul. Es el segundo caso de relevancia detectado en la última semana en el mismo lugar, el municipio de Montenegro, que se estima concentra más de 500 productores avícolas.
Para un país referente en sanidad animal, que además es el más importante proveedor de carne de pollo en todo el globo, esta situación no pasa desapercibida. La circulación del virus de la influenza aviar altamente patógena (IAAP) ya ha tenido efecto sobre su mercado, pues 9 destinos ya suspendieron las importaciones y varias de las empresas agropecuarias, como JBS, Boa Safra y BrasilAgro, registraron caídas en su cotización.
Respecto al particular brote en el zoológico, que se estima mató a casi 40 animales, el informe brasileño remitido a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) señaló que aún se desconoce el origen de la infección y confirmó que “se está llevando a cabo una investigación epidemiológica”. El evento se suma a la infección y muerte de unos 17.000 pollos en una granja de ese mismo estado, días atrás.
Desde las autoridades del país vecino insisten en que sobra la “expertise”, el conocimiento y los planes de contingencia para evitar que escale la situación, pero no han podido evitar que ya varios de sus principales compradores hayan suspendido las importaciones de forma preventiva. Además de Argentina, también lo han hecho Uruguay, Chile, Corea del Sur, China y la Unión Europea.
Por el momento, la situación está circunscrita al estado de Río Grande do Sul, que no deja de ser el más poblado y uno de los más grandes de Brasil. Por eso, su gobernador Eduardo Leite ordenó establecer barreras sanitarias en un radio de hasta 10 kilómetros de los focos para desinfectar los vehículos y detectar situaciones sospechosas. En paralelo, se declaró la emergencia zoosanitaria por 60 días y se han incinerado huevos fértiles y animales infectados en Minas Gerais.
Es un golpe económico considerable para el país vecino, que representa más de un tercio del comercio global. Además, la suspensión de exportaciones de carne de pollo y huevos a varios países también tendrá sus efectos en el mercado interno, debido a la inicial sobreproducción que se espera registrar. Pero, como se trata de un ciclo corto, de entre 30 y 40 días, los productores podrán adaptarse rápidamente a estas nuevas condiciones hasta tanto la situación se normalice y se controlen los brotes.