El partido de Carlos Casares, y sobre todo la zona de Ordoqui y Hortensia, es una de las más afectadas este 2025 por las inundaciones y el mal mantenimiento de los caminos rurales, que se vuelve a sentir fuerte con el regreso de las lluvias. Pero a diferencia de otros partidos vecinos que prefieren organizarse y buscan una solución, aquí las quejas justas de productores y vecinos tropiezan además con la indiferencia de un intendente mediocre, el peronista Daniel Stadnik, que prefiere darle la espalda a su gente y desoye sus reclamos argumentando que todo se trata de una medida política.
En este contexto, un grupo grande de vecinos del partido, cerca de 200 personas, entre ellos muchos productores afectados por la situación climática y la indiferencia municipal, se manifestaron este lunes en la plaza central de esta ciudad ubicada a 326 kilómetros de Buenos Aires, sobre la ruta nacional 5, que también está abandonada a su suerte por las autoridades nacionales.
El sonoro aplauso de los manifestantes, elegido como forma principal de exponer su malestar por la situación ante el edificio municipal, perduró sonoro, el tiempo suficiente como para alterar el tranquilo mediodía casarense y dejar en claro que el horno no está para bollos. En la plaza se escucharon algunos testimonios de productores y vecinos afectados por la falta de conexión vial en muchas zonas rurales, con todo lo que ello implica para la producción y la vida cotidiana de la gente de la zona.
La marcha fue consecuencia de una serie de reuniones con productores organizadas por la Sociedad Rural de Casares y luego fue apuntalada por grupos de productores autoconvocados, para mostrar el estado terminal de los caminos que conectan Ordoqui y Hortensia con el resto del mundo.
La idea de quienes convocaron a manifestarse en la plaza central fue visibilizar frente a la ciudadanía de Casares y a las autoridades la “desesperante situación que estamos viviendo y que se va a agravar sin ninguna duda, porque con una lluvia más, al menos los que estamos al sur, nos quedamos definitivamente aislados”, según advirtió la productora de leche Andrea Passerini, una de las oradoras, que es dirigente de Carbap y la rural local.
La convocatoria excedió lo estrictamente agropecuario, ya que hubo gente de la ciudad, gente de los acopios, de las empresas proveedoras de insumos y servicios, contratistas rurales. “Es decir, todos los que estamos en el mismo bote que se está hundiendo”, graficó Passerini.
A la hora de poner en palabras la impotencia, Delfina Figueroa, una joven de 27 años, contó las peripecias de quienes viven en una zona llamada La Sarita. Luego, el productor de leche Matías Santa María, que tiene 900 vacas en ordeñe y 25 personas trabajando cerca de Ordoqui, contó que ellos solo pueden movilizarse entre el tambo y el pueblo a caballo o en tractor, porque los caminos directamente están cortados.
Alicia Sánchez, una maestra del mismo pueblo de Ordoqui, realizó una enumeración de todas las gestiones ante gobiernos locales y provinciales de todos los colores políticos, en una dolorosa memoria de todas las preticiones infructuosas que se hicieron a lo largo de los últimos 40 años, sin resultado.
Passerini cerró el acto como dirigente de Carbap. Habló de “la ruralidad abandonada” y afirmó que los productores de la región están dispuestos a trabajar codo a codo con el municipio en busca de soluciones si el intendente Stadnik tuviera realmente voluntad de hacerlo. En su caso, la productora ha ganado media docenas de juicios contra la Municipalidad demostrando que las diversas tasas que les cobran a ellos, especialmente al Tasa Vial, no se utilizan para lo que fueron creadas, básicamente el mantenimiento de caminos.
“Los productores somos parte y queremos ser parte de la solución, queremos hacer un plan de emergencia junto con las autoridades del municipio. Pero para eso las autoridades tienen que reconocer que está este problema, tienen que dejar de negar la gravedad del problema”, dijo la productora.
Cuando la gente espontáneamente se cruzó a la Municipalidad entre aplausos y con la idea de entregar un petitorio pidiendo que se declare la emergencia vial en el distrito, el secretario de gobierno, Christian Massone, accedió a recibir a un grupo de ellos. Pero al rato, tristemente, declaró a medios locales que “tanto Carbap como la Sociedad Rural de Carlos Casares aprovecharon sus influencias y contactos con medios nacionales para desplegar un ataque claramente ideológico sobre el gobierno local. Claramente la gente ve el esfuerzo que hacemos”.
Como siempre, la culpa es del periodismo. Pero desde hace años que Casares padece inundaciones y los caminos no se arreglan. Entre los políticos, se nota, hay sequía de honestidad intelectual, porque no se hacen cargo de nada.
4 gatos locos en la marcha. el estado de los caminos no se resuelve con unos viejos protestando en la plaza. saquen a kiciloff y a la banda de intendentes corruptos y todo se arregla en 10 dias.