La ocasión lo amerita: A propósito del Día Internacional del Trabajador, Bichos de Campo trazó un panorama de la situación laboral en los diferentes sectores que dependen del agro.
En el caso de los aceiteros, tal vez se trate de uno de los empleos mejor pagos en todo el arco trabajador o, al menos de los vinculados a la agroindustria. Próximo a cumplirse el año y medio del gobierno de Javier Milei, Daniel Yofre, secretario general de la Federación Aceitera y Desmotadora (FTCIODyARA), repasó el presente de su sector y las principales demandas por las que luchan.
“Nosotros estamos en una situación privilegiada porque hace muchos años discutimos el salario acorde a las necesidades de los trabajadores”, aseguró el dirigente. Si dijera lo contrario, francamente estaría mintiendo, porque la última paritaria, cerrada a principios de abril, superó ampliamente la de otros gremios y estableció un incremento del 20% hasta julio. El sueldo base para ese mes será de más de 1.800.000 pesos.
Dada la coyuntura actual, lograr esos aumentos es, lamentablemente, la excepción a la regla. O, incluso, una hazaña. Parte de la política salarial que ha aplicado el Gobierno en los últimos meses es no homologar paritarias por encima del 1% o, en su defecto, del nivel de inflación. Ese método, que muchos han catalogado como “plan licuadora”, asegura que la estructura de precios no se dispare, pero quita poder adquisitivo a los trabajadores.
“Este Gobierno presiona mucho a las organizaciones, y por eso la mayoría de los convenios están por debajo de la línea de pobreza”, aseguró Yofre. Si ese no es el caso de los aceiteros es porque, hace 20 años, el movimiento tuvo un cambio de enfoque y decidió orientar la lucha a la cobertura de necesidades básicas. “Entendimos qué salario es el que debemos tener”, agregó el dirigente.
A propósito de eso, se remiten a las leyes y hacen una lectura estricta de lo que la Constitución, en su artículo 14 bis, y la Ley de Contrato de Trabajo, en su artículo 116, definen como Salario Mínimo, Vital y Móvil. Para la Federación, la prioridad es que el sueldo realmente pueda cubrir las 9 necesidades básicas: alimentación, vivienda, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.
“No tienen argumentos para decirnos que no. Saben que lo que pedimos es lo más cercano a lo que necesita un trabajador para vivir dignamente”, aseguró el dirigente.
Ahora bien, la pregunta de fondo es “¿por qué ellos sí y otros no?”, y la respuesta para Yofre, está en el poder de lucha y movilización que tiene el sector aceitero. Lo han demostrado con huelgas muy acatadas de hasta 25 días de duración, y se lo hicieron conocer a Milei con una semana de protesta durante el año pasado.
Esos son los medios que en los últimos años les ha permitido conseguir lo que exigen, y que dan cuenta de una notable conciencia sectorial. Sin ir más lejos, el sólo anuncio de una nueva huelga general para los primeros días de marzo les permitió sentarse a discutir las paritarias.
“En la medida de que los dirigentes de la CGT no estén cerca de los trabajadores, no van a saber que es lo que necesitan”, dijo Daniel Yofra, secretario general de la Federación Aceitera y Desmotadora en @radioam530 con @FelicitasBV#Argentina #Sindicatos #Trabajadores #CGT pic.twitter.com/zyQXS8BHz1
— Federación Aceitera Desmotadora FTCIODyARA (@FTCIODyARA) April 24, 2025
“Cuando alguien dice que con la huelga no se consigue nada es porque ignora los resultados que tiene”, afirmó Yofre, pero apuntó a la importancia que tiene tomárselo en serio y estar dispuestos a perder varios días de trabajo de ser necesario. La evidencia los avala, porque está a la vista que la política de la CGT de implementar un Paro General una vez cada tanto es mucho menos efectiva que la de los aceiteros.
Entre sus reivindicaciones, desde el gremio también destacan haber conseguido mejoras en las condiciones laborales. Una de las principales fue la creación de un Comité Mixto de Seguridad e Higiene Industrial en empresas de todo el país, con representantes de los trabajadores, protegidos por los fueros sindicales, y de la misma empresa. “Gracias a eso hemos evitado muchos accidentes”, destacó Yofre.
Lo que tienen por delante parece ser más de lo mismo porque, a pesar de que su piso salarial es muy bueno en términos comparativos, saben que deben seguir luchando para evitar quedar rezagados. Incluso, el sindicalista apuntó a la disparidad de sueldos que hay no sólo en el agro, sino en el mundo laboral en general, y lamentó que el salario mínimo esté por debajo de la línea de pobreza.
“Es inaceptable que un trabajador aceitero gane más que un médico o un maestro”, apuntó. Pero a no engañarse, porque con eso no se refiere a que ellos ganen demasiado, sino que los demás perciben muy poco, aunque estén, en su mayoría, más calificados. “Los gobernantes creen que nos tienen que bajar el salario a nosotros en vez de subírselo a ellos, y por eso no podemos dejar de pelear”, agregó.
Está claro que la prioridad gubernamental, en los últimos meses, no fue mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Su argumento es que la inflación va a la baja y que los salarios pasados a dólares son mucho mejores, pero lo cierto es que, en términos reales, retrocedieron 15 puntos durante 2024.
Además, como vinculan el aumento salarial a la inflación, la forma de evitar que las paritarias se disparen es responsabilizarlos de los incrementos de precios. “Es una burla y un menosprecio total”, lanzó Yofre, que considera que el número de inflación “no se condice con los bienes de salario” y que ni los aceiteros, ni ningún otro trabajador, son quienes fijan los precios en las góndolas.
La similitud que tiene la política económica actual con la de los noventa, de congelamiento salarial, tipo de cambio fijo y precios altos en dólares también despierta alarmas en el sector gremial, que por eso insiste al Gobierno que se le de importancia a sus reivindicaciones. “Cada vez que hubo políticas de congelamiento salarial, el país terminó en un quilombo”, observó el secretario general.