La pregunta que siguió al anuncio: ¿Entra la maquinaria agrícola?
Esa pregunta la hizo Pablo Ginestet, el vicepresidente de Carbap. También la realizó el ex funcionario macrista Santiago del Solar, quien de todos modos recomendó esperar la resolución respectiva, porque ya se han comido muchos otros sapos de este estilo.
¿Entra la maquinaria agrícola? La pregunta de esos y otros productores siguió a un anuncio incompleto realizado el lunes a la noche por el ministro de Economía, Luis Caputo, en sus redes sociales. Y la pregunta era pertinente, porque el funcionario habló de remover trabas históricas para simplificar la importación de bienes de capitales usados. Pero en el largo texto que siguió a ese anuncio, en ningún momento mencionó la palabra tractores o cosechadoras.
Ambos equipos son claramente mucho más caros aquí que en otros países vecinos. Desde hace años, los productores se ilusionan con poder abaratar el acceso a ellos comprando equipos que los “farmers” estadounidenses dejan de usar a los pocos años, con pocos kilómetros, porque ellos tienen ventajosas líneas de créditos para renovarlos. Acá, con los dólares en la mano (y ahora la flexibilización del cepo lo permitiría), comprar los “usados” sería ventajoso para los productores. Por eso los más liberales se apuran a aplaudir ante este amague de anuncio.
La resolución que reclamaba De Solar no salió publicada en el Boletín Oficial, por lo tanto habrá que esperar para ver la letra chica del anuncio. Mejor ser prudentes porque ya ha habido otras frustraciones.
El anuncio, en palabras de Caputo, es el que sigue: “El Gobierno Nacional elimina una medida burocrática con más de 30 años de vigencia que exigía la tramitación del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) para ingresar equipamiento y maquinaria usada al país”, escribió el ministro.
Y luego amplió: “Por medio del Decreto q saldrá mañana, también se eliminaron prohibiciones que existían
para importar bienes en múltiples sectores de la industria, como por ejemplo máquinas para extracción de petróleo y gas, cortadoras industriales, moldes de matriceria (usados en la industria automotriz) y maquinaria para la industria gráfica, entre muchas otras”.
No escribió maquinaria agrícola. Y el decreto no salió. Mejor ser prudentes porque en la Argentina hay muchos sectores industriales que se podrían ver afectados con una medida de este tipo y que son generadores de miles de puestos de trabajo. No se trata solamente de los 1.200 talleres e industrias que hacen maquinaria agrícola “nacional”, y que son muy competitivos en implementos y sembradoras. También en la Argentina están instaladas las principales marcas globales de maquinaria, que tienen ensambladoras y también producen parte de los equipos en el país. Tallan mucho más en tractores y cosechadoras.
Todos ellos habían pedido “nivelar la cancha” antes de permitir el acceso de equipos usados del exterior. Nivelar la cancha quiere decir reducir los elevados componentes impositivos que encarecen los equipos nuevos para los productores. Eso todavía Caputo no lo anunció.
“A partir de ahora, quienes necesiten importar podrán hacerlo de forma automática, sin la necesidad de realizar trámites. La medida elimina la intervención del Estado que demandó, sólo en 2024, la tramitación de alrededor de 1500 expedientes”, volvió a entusiasmar el ministro.
Pero luego, de nuevo, la posibilidad de decepción: “La norma beneficiará a los sectores que, al no tener la posibilidad de acceder a bienes de capital nuevos, podrán optar por importar bienes usados, para producir de manera más competitiva, incorporando tecnología a sus procesos productivos a un costo más bajo”.
Si uno leyera textual esa frase, la posibilidad de importar equipos usados se abriría solamente a los sectores que “no tienen la posibilidad de acceder a bienes de capital nuevo”. Y aquí los productores lo tienen. Caro, pero pueden comprar maquinaria.
De nuevo, en el listado de sectores que se beneficiarían, Caputo volvió a omitir al sector más relevante de la economía: “Es un beneficio para los sectores estratégicos, como el minero, el energético o el hidrocarburífero, porque podrán contar con procesos ágiles para la importación de maquinarias usadas, sin la intervención del Estado limitando sus decisiones empresariales para llevar a cabo las inversiones”, explicó.
Por eso, mejor esperar el decreto, que todavía no salió.