El gobierno de EE.UU. está evaluando cobrar una tasa a los buques construidos en China que ingresen a las terminales portuarias estadounidenses, lo que podría generar sobrecostos logísticos enormes a las exportaciones agroindustriales de esa nación.
En marzo de 2024 cinco sindicatos nacionales presentaron una petición ante el Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés) para solicitar una investigación sobre supuestas acciones indebidas en la política de promoción de construcción de busques y gestión logística marítima por parte de corporaciones chinas.
La investigación de la USTR relativa al asunto, publicada en enero pasado, determinó que “la persecución de China por razones de dominio es irrazonable y obstaculiza o restringe el comercio estadounidense”, además de señalar que el crecimiento de la influencia de la nación asiática en el transporte marítimo de cargas “obstaculiza o restringe el comercio estadounidense al socavar las oportunidades comerciales y las inversiones en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval de EE.UU.; restringen la competencia y la elección; crean riesgos de seguridad económica debido a la dependencia y las vulnerabilidades en sectores críticos para el funcionamiento de la economía estadounidense; y socavan la resiliencia de la cadena de suministro”.
Esta semana la USTR realizó una audiencia pública en Washington con el propósito de recabar testimonios de referentes del sector logístico antes de tomar una decisión en el marco de la “sección 301” de la Ley de Comercio de EE.UU., que habilita al gobierno a imponer aranceles o restricciones a las importaciones de bienes y servicios ante actos considerados discriminatorios o irrazonables.
Mike Koehne, productor de soja de Indiana y director de la Asociación Americana de la Soja (ASA por sus siglas en inglés) fue uno de los referentes que testificó en la audiencia convocada por la USTR.
“Con sus vías navegables interiores, ferrocarril y carreteras, creo que nuestro sistema de transporte es nuestra ventaja competitiva. ASA apoya el objetivo de aumentar la capacidad nacional de construcción naval para impulsar la exportación de productos agrícolas estadounidenses”, señaló el representante de los “farmers”.
“Sin embargo, la solución propuesta por el USTR en esta investigación genera consecuencias imprevistas para los productores de soja como yo. Ya hemos observado impactos negativos en los precios de futuros de la soja debido a las reacciones del mercado a esta propuesta”, explicó Koehne.
El directivo de ASA explicó que la solución propuesta por la USTR para contrarrestar la industria de construcción naval china aumentaría significativamente las tarifas de los fletes marítimos para los productores del complejo sojero de EE.UU., dado que gran parte del transporte depende de buques de origen chino.
Tal evento “haría que el precio en destino de los productos de soja estadounidenses fuera menos atractivo en comparación con la soja de Brasil y Argentina, los principales competidores de la soja estadounidense en el mercado de exportación”.
“Los productores agrícolas estadounidenses ya están sufriendo las consecuencias de una economía agrícola en declive. Si bien apoyan los esfuerzos para impulsar la industria manufacturera estadounidense y desarrollar una economía marítima nacional próspera, no podemos asumir la carga financiera adicional que las soluciones propuestas por la USTR implicarían”, resaltó.
Koehne explicó claramente las implicaciones del plan de la USTR para los precios de la soja. “Imponer tarifas portuarias a la mayor parte de la flota marítima que exporta e importa a EE. UU. aumentará los costos para los agricultores estadounidenses, tanto en términos de insumos como fertilizantes, semillas, etcétera, como en la comercialización de los productos agroindustriales. Al mismo tiempo, nuestros competidores en Brasil y Argentina no estarán sujetos a las mismas regulaciones”, resumió.