El productor marplatense Esteban Zugasti tiene un campo en el que produce bajo certificación orgánica desde hace cinco años: hace ganadería y agricultura sin utilizar transgénicos ni agroquímicos. Pero no conforme con ello, además decidió crear una reserva natural en otro sector de su establecimiento, donde no se produce ni se toca nada. “La producción orgánica y la conservación son perfectamente compatibles”, asegura.
“Tenemos un campo cerca de Sierra de los Padres, cuya mitad es agrícola, de condición muy buena, pero la otra mitad es sierra. En la parte agrícola, apostamos a la agricultura y ganadería orgánica certificada, y en la parte de sierras hacemos ganadería. Pero además desarrollamos una reserva natural, ya que nos interesa una conservación de esos ambientes que son muy ricos en pastizales serranos”, contó Zugasti a Bichos de Campo.
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Para el productor, “tanto producción orgánica como conservación son perfectamente compatibles, y no es necesario fundirse en el intento, contrario a lo que muchos creen”.
“Nosotros tenemos el campo certificado para producción orgánica desde hace 5 años, pero antes de eso ya veníamos haciendo producción sustentable. O sea que sí se puede”, enfatizó Zugasti.
La flamante reserva ecológica se llama “Paititi” y está enclavada en sierras con una biodiversidad interesante. “Estamos rodeados de tierras muy ricas, y estas funcionan como refugio de biodiversidad. Siempre nos interesó cuidarlas, por eso firmamos un convenio de cooperación hace 5 años con la Universidad Nacional de Mar del Plata, y a través de el se formaron varios equipos de investigación y desarrollo de modelos productivos que se lleven bien con la conservación ambiental”.
Zugasti aclaró que en las tierras productivas que lindan con la reserva “no usamos ningún insumo de síntesis química: ni insecticidas, fungicidas o herbicidas. Tampoco fertilizantes de síntesis química. Lo que usamos son bio fertilizantes o fertilizantes minerales como roca fosfórica, la cual está permitida para uso en producción orgánica”.
En su campo certificado, Zugasti produce cereales de invierno como trigo, avena y cebada, y también ganadería. “Nuestros rindes son de aproximadamente el 60% si comparamos con los rindes que se obtendrían bajo esquema de producción convencional. Por ejemplo, en trigo estamos en promedios 3.000 a 3.200 kilos de hectárea”, precisó. La clave, en consecuencia, está en sus costos.
Según Zugasti, en efecto, ese rendimiento en trigo no está “nada mal” si se tiene en cuenta que “los gastos que tenemos nosotros son menores que produciendo bajo método con síntesis química. Cerca de 1.000 kilos de trigo se nos va en gastos”, precisó.
“Otro aspecto a considerar es que el trigo orgánico lo vendemos en el mercado local un 30% a 50% arriba del precio del cereal en pizarra. En suma, tenemos costos menores de producción y rentabilidad con sobreprecios”, agregó el productor.
En cuanto al planteo ganadero, Zugasti comentó que “no hacemos engorde a corral sino que apuntamos a una ganadería más armónica con el medio ambiente y con costos menores. En nuestro caso, usamos los pastizales de la sierra para los rodeos de cría. Y la invernada la hacemos sobre pasturas o verdeos. Pero aclaro que los animales que terminamos son sin encierre”.
El productor cree que “la gente está empezando a volver a valorar la carne de pastizal en Argentina y eso es algo muy bueno. Considero que esa carne tiene mayor calidad desde el punto de vista de la salud, que aquella carne realizada con base de maíz, en feedlot. Hasta el INTA tiene estudios donde compara la carne de pastizal con la carne norteamericana de feedlot, y los efectos de salud sobre nuestros cuerpos de una carne por sobre la otra es totalmente diferente”, indicó.
Sobre la rentabilidad de esta ganadería orgánica, Zugasti contó: “Estoy trabajando con la gente de Alianza del Pastizal, que es una red de productores que desde hace varios años se forma para terminar carne sobre pastizales naturales. Hace poco tiempo, la carne de esa alianza empezó a comercializarse en una cadena de supermercados importante (Carrefour) y hasta generó una marca diferenciada. Gracias a ese convenio, hoy se paga por el kilo de novillo, novillito y vaquillona, el precio máximo de Liniers mas un 2% de premio. Con lo cual, cobro más así que por un novillo de feedlot”, enfatizó.
Trigo que produce un 40% menos, pero puede vender más 50% más caro.
Es un modelo que a él le debe cerrar muy bien, si no tiene erosión (habría que ver),en la medida en que no se difunda mucho. Ese trigo tan caro va para minorías adineradas que no son infinitas.