Las lluvias de estos días beneficiaron a la región criadora del centro bonaerense que venía necesitando de agua. Eso reaviva las posibilidades de esta y otras zonas ganaderas de sembrar las pasturas y verdeos necesarios.
El analista Fernando Gil, de la consultora Agroideas, explicó a Bichos de Campo cuánto cuesta y qué retorno tiene la producción de forraje para la ganadería.
“Con la recomposición del precio de la hacienda se hace más viable la implantación de pasturas y por eso se buscan planteos más eficientes y más intensivos. Una pastura a base alfalfa de alta producción, que es lo que nosotros buscamos en un campo bueno, estamos en valores de entre 450 y 500 dólares por hectárea, lo que va a depender de básicamente qué nivel de fertilización utilicemos y por ahí qué variedad de semillas esa implantación tiene de costo”, señaló el analista en primera instancia.
“Si bien hay que invertir más dólares por hectárea, también subió en dólares la hacienda. El retorno es bueno, es positivo, siempre que tengamos altas producciones de carne. En estas pasturas buscamos producciones por encima de los 500 kilos de carne por hectárea y por año. Los números son rentables con una alta inversión inicial, pero sabemos que contar con ese dinero es un gran desafío en las empresas ganaderas, muchas veces el problema está en el apalancamiento inicial”, indicó a continuación.
En esos casos, la carga por hectárea es de entre 4 y 7 animales, lo que dependerá de la calidad del potrero y el tipo de pastura. En campos de mejor calidad y con un régimen de lluvias suficiente, la producción de carne por hectárea llega a los 770 a 800 kilos, de acuerdo con el consultor.
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Según detalló, este tipo de pasturas son para campos de recría en los que ingresa un ternero de destete de 180 kilos, para sacar luego un animal recriador de 300 a 320 kilos, que después entra en un proceso de terminación a corral y que tiene un doble propósito: abastecer al mercado interno y a la exportación.
En los campos de cría, de inferior calidad, “vamos a buscar otro tipo de praderas pero ahí ya no va a ser alfalfa. Cambian también los niveles de fertilización y de semillas y ahí el costo ya es otro, te diría 350 dólares, 380 dólares. Y con el kilo de terneros en 3 dólares, el beneficio es claro y se repaga muy bien la inversión, en las típicas medias lomas de campos de cría que te permiten hacer ese tipo de pasturas”.
Gil consideró que “si tenemos unas lluvias que acompañen aunque no sea excelentes, a veces duplicamos la receptividad de esos suelos”.
Aún así, el analista insistió en que muchas veces la dificultad radica en la inversión que se debe hacer al inicio para mejorar la oferta forrajera, que implica una apuesta fuerte por la productividad.
“Esta años los precios de los granos por ahí no son los que eran antes, que muchas veces pasaba que gracias a los buenos valores de la soja se hacían inversiones ganaderas. Hoy esa relación no está, entonces financieramente es más difícil. Por lo tanto lo que hacemos es ir avanzándose en módulos cuya superficie varía según la empresa. También recordemos que todo esto requiere, para llegar a estos volúmenes de producción y eficiencia, un manejo adecuado. Entonces también hay que tener el personal capacitado”, sostuvo en esa línea.
Con Gil también hablamos de lo que se espera del mercado ganadero este año: “Veníamos proyectando para febrero una caída en la faena y otra suba de precios, que se dio e incluso por adelantado ya en enero. Creemos que va a ser muy bueno el año 2025. Nosotros lo vemos con muy buenas perspectivas. Va a haber una oferta menor de ganado a faena. Los precios tienden a mantenerse firmes en términos históricos mejores que los años pasados y con una oferta menor. Hay una tensión claramente entre la oferta y la demanda que va a afirmar los valores del ganado”.