Hay dos maneras de reducir los costos de vacunación contra la fiebre aftosa. Uno es el que ensayó el gobierno nacional sin mucho resultado hasta ahora, que era bajar el precio de cada dosis mediante la reducción de cepas y la apertura de la importación. Pero el segundo método parece mucho más práctico, y es decir de aplicar vacunas innecesarias a categorías mayores de bovinos que ya tienen suficiente inmunidad. Ese sí resulta un gasto exagerado e inútil que podría ahorrarse.
Dejar de aplicar paulatinamente la segunda dosis anual a las categorías mayores permitiría ahorrar varios millones de dólares que los ganaderos gastan actualmente en vacunas. Por obvia, es una decisión que tiene consenso de los productores y de las autoridades nacionales. De hecho, el primer vicepresidente del Senasa en esta gestión, el veterinario Sergio Robert, llegó a anunciar que esta era una decisión tomada en junio de 2024, frente a un plenario de fundaciones antiaftosa que aplaudieron esta definición.
Incluso llegó a escribirse la resolución disponiendo el anticipo de Robert a los dirigentes rurales, pero que finalmente nunca se publicó en el Boletín Oficial. Este respetado veterinario fue expulsado a las pocas semanas del Senasa sin ninguna explicación desde el gobierno, al mismo tiempo que el ex secretario de Coordinación Productiva, Juan Pazo, tomaba el control político del organismo técnico sanitario, colocando allí a María Eugenia Barbieri como gerente ejecutiva. Esa movida coincide directamente con el “cajoneo” visible de esta medida.
Empoderada desde Economía, Barbieri desató de inmediato una interna feroz contra el presidente del Senasa, Pablo Cortese, un agrónomo sin banca política pero que proviene de la línea técnica, que mantiene paralizado al organismo. Esa pelea fue anticipada por Bichos de Campo hace un par de meses. Ya se ha hecho tan visible que la delegada empoderada por Pazo impulsaría ahora como nuevo presidente al actual director nacional de Inocuidad y sanidad agroalimentaria, Jorge Grant. Se espera un desenlace en los próximos días.
Lo cierto es que en medio de estas internas palaciegas, y con Pazo migrando a ARCA y desatendiendo el manejo de todas las áreas que acumuló en su corta carrera como secretario de Producción, nadie explicó por qué nunca se aplicó la resolución para reducir la cantidad de vacunas aplicadas, como para poder achicar al menos 15 millones de dólares de la factura que deben enfrentar los productores.
En este caso, la motosierra nunca arrancó, se quedó sin pilas. Y Pazo jugó claramente a favor de los intereses de los laboratorios que venden el medicamente, porque la idea inicial era comenzar a excluir categorías a partir de la segunda vacunación de 2024, que ya se realizó.
Ahora comienza una nueva campaña de vacunación, la primera de 2025. Se vuelve a vacunar todo el rodeo con un valor de la vacuna que finalmente no bajó, aunque su precio en pesos se diluirá frente a la inflación del 120% acontecida el año pasado.
En este contexto, los cuatro principales dirigentes de la Mesa de Enlace firmaron una carta dirigida al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, que parece pintado en el cargo y no tiene ninguna iniciativa propia, pero quien finalmente representa la mejor manera de llegar a Juan Pazo ya que es su concuñado. Piden concretamente reflotar este asunto.
Andrea Sarnari (Federación Agraria), Lucas Magnano (Coninagro), Carlos Castagnani (CRA) y Nicolás Pino (Sociedad Rural), enviaron la carta a Iraeta el pasado 28 de febrero, insistiendo en que se apliquen las modificaciones al cronograma de vacunación que ya estaban debidamente consensuadas y que fueron misteriosamente cajoneadas desde el poder. “En primer lugar, queremos dejar explicitado que los cambios que proponemos cuentan con el suficiente respaldo técnico y científico, por lo que no alterarían de modo alguno la seguridad sanitaria de los rodeos argentinos”, comienzan los ruralistas.
“Somos los propios productores quienes bregamos y luchamos en primer lugar por un rodeo sano, ya que del aspecto sanitario depende en grado sumo la actividad ganadera de nuestro país. Dicho esto, proponemos una readecuación del actual plan de lucha contra la fiebre aftosa”, agrega la Mesa de Enlace.
El bloque agropecuario propuso lo que ya se sabía, aunque postergando un año los plazos respecto de los que podían haber sido si se publicaba aquella resolución cajoneada. La propuesta es:
- Excluir definitivamente a la categoría novillo, junto a la vaca y el toro, para la segunda campaña de vacunación de este 2025.
- En el año 2026, realizar una única campaña de vacunación total y revacunar solamente a la categoría terneros.
Renunció Sergio Robert y el Senasa retrocedió diez casilleros en honestidad y capacidad de trabajo
“Desde la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias instamos a que el gobierno nacional a través del Senasa analice el proyecto elevado, entendiendo que es un plan con fuertes bases técnicas que no deja ninguna duda en la faz sanitaria, que se transformaría en un incentivo para los miles de productores que año a año vienen vacunando categorías que no encuentran justificación y estaría en perfecta consonancia con la estrategia implementada por nuestros vecinos de la región”.
Habrá que ver si ahora la famosa motosierra se pone las pilas o sigue enroscada en internas y negocios que nadie entiende bien. Pero que existen, existen…