Tal como había anticipado el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger en sus redes sociales, este martes una nueva resolución de la Secretaría de Agricultura completó la tan mentada “liberación frutícola”. ¿De qué se liberan los productores de fruta? Básicamente de años de disposiciones del Senasa como autoridad sanitaria, en el que se les decía cuándo debían cosechas sus frutas o qué condiciones cumplir para poder exportarlas.
Esta liberación para unos. o simplemente liberalización para otros que no están tan de acuerdo con la deserción del Estado de muchas tareas, implicará básicamente que las reglas de calidad y sanidad impuestas sobre las frutas serán ya no las que imponga Senasa sino simplemente el país comprador. Si el productor/exportador cumple con lo que quiere su cliente, será suficiente. Y el Senasa tendrá simplemente que verificar que las cargas no contengan plagas o enfermedades cuarentenarias antes de extender el certificado sanitario de exportación.
“Entre los principales objetivos del Gobierno Nacional se encuentra alcanzar una administración pública al servicio de los ciudadanos en un marco de eficiencia, eficacia y calidad a fin de lograr responder con mayor celeridad y efectividad a las demandas de la sociedad”, presenta estos cambios la Resolución 22/2025 firmada por el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, que se sumó a otra que se publicó el lunes para terminar con un supuesto yugo del Senasa sobre los productores de todo tipo de frutas.
Hay una suerte de resignación del rol del Estado en esta materia sanitaria, ya que la resolución explica que “con estas modificaciones se establece la obligación de cumplir con los requisitos exigidos por el país de destino en la exportación de fruta no cítrica, cítrica, desecada y seca, con el fin de asegurar que todos los procesos y productos se ajusten a las normativas y estándares internacionales aplicables, garantizando así una exportación libre de barreras regulatorias”.
En ese sentido, se derogaron viejas resoluciones de 1983 (época en que se puso en funcionamiento el Mercado Central), que definían que “la cosecha de la fruta que se destine a la exportación podrá iniciarse cuando haya alcanzado el estado de madurez aprobado (madurez comercial)”, asignando esa determinación a una dependencia del Senasa que debía determinar “la iniciación de la cosecha por zona, para cada especie y variedad”. Esto sucede todavía, por ejemplo, en el Alto Valle de Río Negro con las peras y manzanas, aunque en muchas otras economías ya no corre.
Ahora el gobierno de Javier Milei impone la denominada “libertad de cosecha de la fruta a criterio del productor, siempre que el grado de madurez de las especies y variedades sea el adecuado al destino y al uso manteniendo los estándares de calidad vigentes”.
“La cosecha de fruta podrá iniciarse a criterio del productor, siempre que se cumplan los tiempos de carencia indicados en el marbete de los productos fitosanitarios aplicados en cultivo”, es el único reparo que pone el Senasa en esta aspecto.
La norma también suprime además supuestos “requisitos innecesarios en materia de envases de fruta que resultan una traba burocrática que complica y ralentiza el proceso de comercialización de las mismas, afectando la competitividad del sector”.
De todos modos, el Senasa -tras varias décadas de ejercer el rol de policía sanitaria antipática- no deja librados todos los detalles al criterio de los mercados compradores o los propios productores. Y con la derogación de múltiples resoluciones de vieja data, emitió en conjunto con esta resolución cinco manuales sobre la “calidad de la fruta”, divididos en fruta no cítrica, fruta cítrica, frutas secas y frutas desecadas, más una ““Aclaración de términos” técnicos.
Allí abunda en categorizaciones y definiciones sobre las diferentes frutas que se producen o consumen en la Argentina. Quizás sea un modo de recordar que el Estado pretende servir para algunas cosas todavía en la Argentina.
Genial hay curros inimaginables en el bendito estado seguramente varios se perderán coimas con esta resolución
Que bueno
Tremenda estupidez!!!! Ahora los controles de calidad van a ser inexistentes y se propagaran cualquier tipo de plaga que tenia freno en la restriccion de uso de cajones nuevos!!!!! Cuando empiecen a caer los mercados quiero ver a los estupidos libertarios que aplauden esta medida!!!!
El famoso SENASA es un nido de parásitos chupasangre, una máquina de impedir y cometear que pretende meter su nariz en todas partes. Ya se encargarán de inventar algo nuevo… Lo importante es joder!!