En medio de una relación política envidiable entre los presidentes Donald Trump y Javier Milei, las autoridades argentinas comenzarán a monitorear de cerca las exportaciones de jugo concentrado de limón a Estados Unidos, para evitar que ese país pueda tomar represalias contra las citrícolas locales que venden a bajos precios ese producto y puedan perjudicar a los productores estadounidenses.
Mediante la Resolución 18/2025, publicada este jueves en el Boletín Oficial, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, decidió crear “un sistema de monitoreo de exportaciones de jugo concentrado de limón a los Estados Unidos” que permita seguir de cerca la actividad comercial de las exportadoras locales a ese país, de modo de evitar que las autoridades de la Casa Blanca puedan volver a aplicar sanciones por un presunto dumping.
Es decir, el gobierno argentino tratará de evitar que Trump, que amenaza aplicar aranceles más altos a la importación de productos importados a los Estados Unidos, podría incluir en esa lista el jugo de limón, que en la Argentina se produce básicamente en Tucumán. La industrialización de limón se ha convertido en un negocio fundamental para esa provincia, donde el limón explica unos 50 mil puestos de trabajo. En 2023 se produjeron unas 70 mil toneladas de jugo de limón. Los embarques de ese subproducto llegan a unos 120 millones de dólares anuales y otro tanto se exporta de aceite esencial de limón.
Todo tiene una historia. En 2016, antes de la primera presidencia de Trump, Estados Unidos amenazó con aplicar Derechos Antidumping al Jugo Concentrado de Limón, luego de comprobar supuesto daño a sus propios productores, concentrados en California y Florida. Para evitar esas sanciones, ambos gobiernos firmaron un acuerdo el 20 de octubre de 2016, que permitió mantener ese flujo de comercio. El acuerdo de suspensión de las emdidas antidumping se renovaron en 2022, por el plazo de cinco años.
Argentina es el principal proveedor de jugo concentrado de limón a los Estados Unidos, con una participación del mercado equivalente al 34% para 2023, que se amplió a 37% el año pasado.
Pero, según reconoce la resolución, “a raíz de repetidos incumplimientos a los términos del Acuerdo de suspensión, motivados por la volatilidad del precio internacional de este producto, el 17 de enero de 2025 se firmó una Adenda con modificaciones al Acuerdo del año 2016 donde se establecen precios de referencia actualizados para la exportación” de ese derivado de la industria del límón.
El 24 de enero, a poco de la asunción de Trump para una segunda gestión, Estados Unidos comunicó formalmente la entrada en vigor del nuevo pacto, que además de fijar nuevos valores de referencia estableció la necesidad de que la Argentina implemente “regímenes de monitoreo de las exportaciones para asegurar el cumplimiento de los precios”.
“El Departamento de Comercio revisará, según corresponda, los informes mensuales de dichas autorizaciones para determinar si ha habido importaciones incompatibles con las disposiciones del Acuerdo”, adivrtió el nuevo gobierno estadounidense en el marco de la actualización de el acuerdo con la Argentina.
En este contexto delicado, las empresas citrícolas solicitaron al gobierno nacional que implemente un monitoreo permanente de los embarques, de modo de no ofender a Trump y para evitar nuevas represalias. “La intervención solicitada por las empresas exportadoras consiste en la implementación de un sistema de monitoreo de exportaciones, basado en un esquema transparente que cumpla con los lineamientos de la OMC y permita asegurar que las empresas argentinas continúen exportando jugo de limón cumpliendo con los requisitos exigidos por el mercado de destino”, explicó la resolución.
“Cualquier incumplimiento del Acuerdo de Suspensión por parte del sector privado comportaría la rescisión del mismo y conllevaría a la posible pérdida del mercado estadounidense por la aplicación de derechos antidumping exorbitantes para la totalidad de las exportaciones de jugo concentrado de limón originario de la Argentina”, reconoce el gobierno de Milei.
En este contexto delicado es que Agricultura tomó la decisión de crear el sistema de monitoreo reclamado por las empresas. A la par difundió un listado de las citrícolas que se comprometieron a cumplir con los precios de referencia, de modo de no activar las retaliaciones desde el gobierno de los Estados Unidos.
“El sistema de monitoreo aplicará al 100% de las operaciones de exportación anuales de jugo de limón concentrado con destino a los Estados Unidos”, prometió el organismo, que además ingresó en un terreno farragoso, al dispone que “las empresas signatarias serán las únicas habilitadas a exportar al destino Estados Unidos, incluido el estado libre asociado de Puerto Rico”.
Es decir que si algún otro operador quisiera exportar jugo de limón a ese país no podría, incluso cuando cumpla con los pecios sugeridos para evitar situaciones de dumping.
Las empresas tocadas con la varita mágica del gobierno son 15, la mayoría de Tucumán:
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Para llevar el control y evitar desatar las iras de Trump, intervendrá directamente la Aduana, mientras que la Secretaría de Agricultura llevará un registro mensual actualizado de todas las operaciones aduaneras de dichjas empresas. La Subsecretaría de Mercados Agroalimentarios “podrá remitir dicha información con el objeto de contribuir con el análisis de precios en destino” directamente a la Secretaría de Comercio de los Estados Unidos.