En la reunión de este miércoles del gobierno con la Mesa de Enlace, destinada especialmente a aclarar el complejo panorama que se abrió con la rebaja de retenciones a los granos anunciada la semana pasada, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, blanqueó ante los ruralistas lo que ya era un secreto a voces: por la falta de las caravanas electrónicas prometidas se posterga la exigencia de implementar la trazabilidad individual de los bovinos hasta 2026.
Era esta la única política activa en materia agropecuaria que se le conocía a la gestión de Javier Milei, que en este rubro se ha caracterizado más por remover obstáculos y discontinuar otros programas (como Cambio Rural o el Fondagro) que por lanzar nuevas iniciativas a la cancha. Tanto en la gestión del ex secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, como en la del propio Iraeta, la pretensión de avanzar en un sistema de identificación que permitiera un trazabilidad individual de los 54 millones de bovinos que tiene el país era el gran caballito de batalla.
Iraeta, en la reunión con los ruralistas, confirmó que el aplazamiento de los plazos establecidos por la Resolución 71/2024, firmada por mismo el secretario de Agricultura el 17 de octubre pasado, luego de un largo periodo de debate con las entidades rurales, que preferían que el uso de caravanas electrónicas sea una decisión optativa de cada productor y no una obligación impuesta por parte del Estado.
“Nos comunicó la postergación. No tenemos mucho más detalle porque fue reciente, así que hay que ver ahora los plazos y de qué manera se va a implementar también. Aquel productor que quiera comenzar, por supuesto que lo puede ir haciendo. Porque sí va a ser en forma gradual y después obligatoria en 2026, ahora se posterga todo para 2026”, dijo el presidente de CRA, Carlos Castagnani, luego de la reunión con Juan Pazo e Iraeta.
Esa resolución finalmente zanjó la discusión, ya que el Estado decidió desviar un crédito del Banco Mundial, por unos 25 millones de dólares, y convocar a una licitación para comprar 23,5 millones de caravanas electrónicas, que serían regaladas a los productores para dar inicio al proceso, cualquiera sea su escala. Si tenía 20 vacas o 250 mil era lo mismo. La idea era empezar a colocarlas desde el próximo 1 de marzo.
La licitación se realizó el 15 de noviembre y resultó ganadora en todas las categorías la empresa suiza Datamars, que está montando una planta de producción en Brasil, para atender no solo la demanda de la Argentina sino también la del vecino país, que atraviesa un proceso similar. La firma también había ganado la licitación en Paraguay, por 6 millones de dispopsitivos. Aquí hizo la oferta económica más baja (de 0,88 a 0,93 dólares por caravana), dejando fuera de toda competencia a las empresas locales que venían atendiendo el mercado de caravanas plásticas.
Habrá que ver quién tiene la culpa, pero tal como anticipó Bichos de Campo ese proceso se paralizó después de la licitación, en coincidencia con al mudanza de Juan Pazo, el ex secretario de Producción que había sido principal soporte político de la identificación individual, a otros destinos, como la Cancillería y la ex AFIP. Lo cierto es que a poco más de un mes de que se deba iniciar la colocación de los chips en los terneros de la zafra 2025, Datamars no cuenta con la cantidad necesaria de caravanas para atender las necesidades de todo el sector. Por eso la decisión finalmente será postergar todo hasta 2026, mientras se analiza qué hacer legalmente con la licitación.
“Actualmente, la identificación animal es obligatoria mediante el sistema de caravana numérica -desde 2006- y voluntaria la identificación electrónica. La identificación electrónica individual, que se implementará de manera gradual a partir de marzo de 2025, simplificará la tarea del productor ya que, mediante una tecnología de fácil aplicación, permitirá obtener diferentes clases de datos para alcanzar un manejo más eficiente del rodeo y subsanar errores propios de la lectura analógica de las caravanas”, se solazaba la Secretaría de Agricultura al anunciar con pompa el operativo, que por ahora deberá esperar.
En clave política, esta era la única acción agropecuaria que ha impulsado la gestión libertaria, más allá de la desregulación y la baja de algún trámite, la reducción de costos, los despidos de personal y la supresión de muchos otros programas heredados de gestiones anteriores. Después de tanta discusión, por ahora ha fracasado.
El tipo bajó un porcentaje de las retenciones, las eliminó para las economías regionales, sacó muchísimas regulaciones para la ganadería, etc. etc. y ésta de la trazabilidad fue la única política agropecuaria? o para fundamentar semejante título se van a escudar en lo de “activa”?
Es una decepción, hace meses que entro a este medio, no para informarme como antes, sino sólo para saciar mi “a ver con qué opereta le pegan al gobierno hoy?”
Pareciera abstinencia de pauta