Comenzó la segunda edición de la “guerra comercial” instrumentada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, pero es con el país menos pensando: Colombia.
El fin de semana Trump anunció que impondrá aranceles de emergencia del 25% –los cuales podría subir al 50% próximamente– para a los productos provenientes de Colombia luego de que el presidente de ese país, Gustavo Petro, rechazara el ingreso de dos aviones militares estadounidenses con migrantes colombianos deportados.
Petro respondió con la misma “moneda” y procedió a anunciar la aplicación de aranceles del 25% para todos los productos provenientes de EE.UU.
Lo insólito es que ambos países tienen un Tratado de Libre Comercio que en los últimos años promovió el intercambio de bienes y servicio entre ambos. Así Colombia se transformó en el segundo comprador de maíz y gluten feed estadounidense y en el quinto más importante en lo que respecta a burlanda de maíz seca (DDGS por sus siglas en inglés), bioetanol y carne porcina.
Por una cuestión de disponibilidad y cercanía, ese eventual “bache” dejado por EE.UU. podría ser cubierto con facilidad por Brasil y la Argentina, que son grandes exportadores de esos productos agroindustriales.
Por supuesto, para que tal evento pueda transformarse en una oportunidad comercial para el Mercosur, el conflicto entre ambos países por la cuestión migratoria no tendría que solucionarse, algo que, en principio, no sucederá.
Eso porque anoche el gobierno de Colombia, por medio de un comunicado oficial, indicó que había “superado el impasse con el gobierno de los Estados Unidos”.
“En este contexto, el canciller Luis Gilberto Murillo y el embajador (de Colombia en EE.UU.) Daniel García Peña viajarán a la ciudad de Washington en los próximos días, para sostener reuniones de alto nivel, que den seguimiento a los acuerdos resultado del trabajo conjunto que llevó al intercambio de notas diplomáticas entre los dos gobiernos”, señala el comunicado oficial.
“Seguiremos recibiendo a los colombianos y a las colombianas que retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos. El gobierno de Colombia, bajo la directriz del presidente Gustavo Petro, tiene dispuesto el avión presidencial para facilitar el retorno de los connacionales”, añade el comunicado.