Dice el diccionario: “La devaluación es la desaparición del valor nominal de una moneda corriente frente a otras monedas”. Así se entiende lo que sucede cuando se “devalúa” el peso, como tantas veces: la mayor parte de los argentinos, que cobra su salario en pesos, siente en carne propia cómo sus billetes valen cada día menos, porque se reduce su capacidad de compras en comparación con “otras monedas” o productos.
Con la soja está sucediendo exactamente lo mismo, y los que sufren esta situación son en primer término quienes usan la soja como “moneda” de cambio, que son los productores agrícolas argentinos, acostumbrados a pensar más en quintales que en pesos e inclusive más que en dólares. Ellos hacen las cuentas en toneladas de poroto: ¿Cuánta soja necesito para cambiar la camioneta o comprar un tractor? ¿Cuántos quintales saldrá alquilar este campo? ¿Cuánto grano debo separar para pagar el viaje de egresados de la nena?
¡Se devaluó la soja! En pesos, el poroto vale prácticamente lo mismo que el año pasado, unos pesos más acaso. Lo cierto es que el poroto subió bastante menos que el resto de las cosas, y mucho menos que la inflación. Por eso, más allá de su valor nominal, lo que le importa realmente al productor es la capacidad de compra de sus granos, tanto de los “nuevos” que va a cosechar en abril o mayo de 2025, o los “viejos” que tiene almacenados dentro de los silobolsas directamente en el campo.
En este momento suenan tambores de protesta en el sector. Debido a la fuerte caída de los precios internacionales de la soja, pero también a la vigencia aquí de retenciones que le quitan al productor el 33% del valor bruto de su cosecha, el gran problema del campo argentino es que su principal moneda de cambio ya no “compra” lo mismo que antes sino mucho menos. Definitivamente se devaluó la soja.
El agrónomo y productor pampeano Diego “Vasco” Sallaberry es de aquellos a los que le interesa medir su capacidad de compra en toneladas de soja, más que tomar en cuenta los valores nominales en pesos o dólares. Eso le permite saber con exactitud donde está ubicado en cada momento del negocio. Por eso ha construido series de valores que arrancan en 2003 y continúan hasta nuestros días.
El último gráfico que confeccionó y compartió con sus otros profesionales del sector muestra con claridad cómo el valor de compra de la soja se ha deteriorado a los niveles de los más bajos de los últimos veinte años. Muestra que estamos muy lejos de esos años en que tener 1 tonelada de soja te volvía casi automáticamente en un afortunado.
¿Qué dice este gráfico construido pacientemente por Salaberry?
- Que se necesitan 8 kilos de soja para comprar un kilo vivo de novillo, y esto es un 38% más del promedio en toda la serie. Y lo mismo pasa con el productor que quiere usar su soja para meterse en el negocio de la invernada: Necesita 12 kilos del poroto por kilo vivo de ternero, un 35% más que el promedio histórico.
- El chacarero necesita separar casi 5 kilos de soja para comprar 1 litro de gasoil, uno de sus principales insumos. No es el peor registro histórico pero está cerca. Hoy el combustible le sale 13% más caro que el promedio histórico.
- ¿Y si quiere invertir su soja en otras cosas? Para construir 1 metro cuadrado necesita 4,65 toneladas de soja (4.650 kilos), casi 40% más que el promedio de los últimos 20 años. Y para entrar en el negocio de la bolsa, comprando una acción del panel Merval, requeriría más de 9 toneladas del grano, un 77% más. Esto muestra no solo que la soja se desinfló, sino que quizás el mercado accionario está un poco inflado de más.
- Curiosamente no hay demasiada pérdida de la tonelada de soja en relación al salario mínimo: los dos se ubican en menos de 300.000 pesos. En la comparación con el promedio, se requiere menos granos (-37%) para hacer frente al costo salarial de supervivencia, que se devaluó entonces más que la soja en esta mirada histórica.
- Los tamberos lucen contentos, a diferencia de los agricultores. Y esto es porque su litro de leche se valorizó 37% en relación a la soja. Se necesitan 1,57 kilos del poroto para comprar un 1 litro de leche en tranquera de tambo.
- ¿Y si el productor acaso tenga que invertir en bienes de capital? La camioneta Hilux le costará casi 197 toneladas de soja, un 15% por encima de los promedios históricos; un tractor de 160 HP valdrá 953 toneladas de soja, 44% más; y una cosechadora Case 6150 valdrá 2222 toneladas del grano, 38% más que el promedio.
La evidencia sobre la desvalorización de la soja, como se ve, es apabullante. Y conforma el telón de fondo de las quejas que se escuchan desde el sector, que argumenta no sin lógica que su “capacidad de compra” mejoraría sustancialmente si el gobierno de Javier Milei cumple con su promesa electoral de devolverle a los productores el 33% que les quita por imperio de las retenciones.
En el mismo sentido, el productor cordobés Néstor Roulet realizó un ejercicio parecido, pero comparando solamente la soja con el gasoil. Pero el ex vice de CRA añadió otra comparación, que es la situación actual de un chacarero local con la de otros países agrícolas.
Roulet tomó un precio del combustible de uso agrícola de 1,19 dólares por litro y lo compara con los 270 dólares por tonelada que se pagan hoy por la soja a nivel local: la conclusión es que ese productor podrá comprar 226 litros de gasoil con una tonelada, mientras que el de Estados Unidos adquirirá 393 litros (un 74% más), el de Brasil 360 litros (un 60% más) y el de Paraguay recibirá 379 litros del combustible (un 68% más).
“Un productor de Estados Unidos compra un 74% más de gasoil con el valor con que le pagan 1 tonelada de soja que un productor argentino. Dice que a pesar de esto no llega a cubrir sus costos y pidió ayuda al Gobierno. Habría que invitarlo a producir en Argentina”, ironizó el cordobés en relación a los subsidios que, frente al contexto actual, reciben los “farmers”.